Mostrando entradas con la etiqueta Competitividad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Competitividad. Mostrar todas las entradas

sábado, 4 de febrero de 2017

MODO NOSFERATU

Para ser competitivos, nada mejor que tener esclavos.
Yo no sé qué estamos esperando
...
...
¿Qué más vendrían necesitando?
¿Una transfusión masiva?

domingo, 7 de febrero de 2016

LA SALIDA ES LA ESCLAVITUD

No hay que tenerle miedo a instituciones como la encomienda, la mita y el yanaconazgo, sin descartar la lisa y llana esclavitud que tantas fortunas forjó. Ahí sí nos volveremos competitivos y además, se acabaron las protestas de esos insaciables que quieren morfar todos los días ¡tres veces por día! ¿dónde se ha visto?
...

...
Ya se sabe además que a estos salamines se los puede convencer de cualquier cosa, incluso cuando les estás revolviendo el cuchillo en la herida. Un poco de Nelson Castro, otro poco de Lanata, dos toquecitos de Magdalena Ruíz Guiñazú, para la cena Intratables y para todo el día TN. Con esa artillería cada uno de los paparulos del otro lado de la pantalla va a defender la esclavitud como si la idea se les hubiera ocurrido a ellos. Haceme caso. Dejemos de lado el pudor.
¡La diferencia se disparó! Pregunto: ¿a quién le jode ese aumento? Si si. A los que te jedi. A los mismos a los que les entregaste el control del estado. ¿Puedo decirlo? ¡Dale, sí, puedo!: ¡Boooooluuuudooooo!!!

viernes, 27 de marzo de 2015

STRONZO

A esta altura de los acontecimientos, las presiones de la Ratta Zzi me tienen podrido. Mirá pibe, si no te conviene el negocio, cachá las valijas y andate a, ponele, un país en donde haya un festival de competitividad, en donde no te cobren impuestos y te hagan caso en el ministerio de economía.
Aunque sospecho que, a pesar de tus bravatas, a vos no te va tan mal gordito y por eso dejás tus nalgas firmemente asentadas en Argentina.
Entonces, si estás en Argentina tenés que cumplir las leyes argentinas. Y si no te gusta, su ruta.
...
 ...
A mi la tranquilidad de empresarios como el citado me importan tres silbatos. Por mi que se vayan a descabezar hormigas asesinas a lo profundo del desierto.

viernes, 6 de marzo de 2015

LA AGENDA DE LA OPOSICIÓN

Rebuscando en los titulares de los diarios de la prensa seria uno puede encontrarse con cualquier cosa. En este caso con la agenda de la oposición, digamos, lo que la oposición intentará fogonear durante los próximos meses.
Lo bueno es que no hay que andar demasiado. Cualquier ciudadano de a pata puede comprobarlo, si es que quiere comprobarlo, eso si.
...
...
"Acuerdos salariales anti-competitividad": me tienen las pelotas al plato con este concepto de mierda. Resulta que para los teólogos neoliberales el salario es anticompetitivo (hasta un esclavo pide mucho según estos íncubos). O sea, estos imaginativos economistruchos fundan cualquier tipo de competencia de mercado en cagar al asalariado. 
Jamás, pero nunca de los jamases, plantean que se puede ser más competitivo mejorando la tecnología productiva, inviertiendo en el desarrollo de productos con mayor valor agregado, etc. No lo piensan porque cualquier expediente de ese orden requiere poner guita. Y ya se sabe que lo que en este país se denomina a sí mismo "empresariado" sostiene un par de dogmas, a lo sumo. El primero que las inversiones las haga el estado: que les subsidie los salarios, que cree y mantenga la infraestructura (energía, transportes, etc.), que le otorgue al "empresario" subsidios o créditos blandos para mejorar la infraestructura productiva, que les financie la salida a "los mercados", etc. 
El segundo que el estado "no se meta con la ganancia". Por ejemplo eximiéndo a los empresarios de la mayor cantidad de impuestos posibles, a la ganancia, laborales, ambientales, que les permita fugar capitales a cualquier lugar del mundo, que los deje evadir, etc. O sea, que cuide con desvelo la "propiedad privada" de los empresarios a costa de la propiedad colectiva de la sociedad.
En resumen, socializar los costos y privatizar la ganancia.
Si bien se mira, esa "propiedad privada" a la que aluden con éxtasis no es tan privada como parece, dado que está conformada por los aportes de la sociedad a través del estado y del trabajo de los sujetos que conforman la sociedad. Más bien es propiedad colectiva que se transfiere a algunos sujetos a cambio de organizar actividades productivas o casi.
Por tanto, si el estado resguarda sus inversiones en realidad protege la propiedad privada de la sociedad (la propiedad colectiva social) y si no lo hiciera, ahí sí estaría atentando contra la propiedad privada, la social, la única privada.
¿Ves que pensando un poco los argumentos de disuelven?

miércoles, 3 de diciembre de 2014

OTRA EMPRESARIA A LA QUE LE INTERESA EL PAÍS

"Competitivos" en el imaginario de Susanita es tener costos en pesos devaluados y ganancias en dólares sobrevaluados. Así cualquiera doña.
Y si no devalúan, pumba, despidos.
Por otra parte ¿qué es eso de proteger a la gente cagándonos el negocio? Habrase visto. Una muerte más o menos, qué le hace una mancha más al pavimento.
...

jueves, 7 de febrero de 2013

JUSTO DE LO QUE QUERÍA HABLAR: INVIABILIDAD

Hablando de los aumentos salariales que se estàn negociando a sol y a sombra, el benemérito Daniel Funes de Rioja se despachó con una de sus frases matadoras:
...
"El más directo fue ayer Daniel Funes de Rioja, en su calidad de representante de Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), al afirmar que la posibilidad de tener que pagar el 30% es directamente "inviable"
...
Justo de esa palabra quería hablar con los "empresarios", cuyas opiniones resume Don Rioja con la mayor crudeza.
Hablemos de lo que llamaré "El índice Casancrem": hace  cuatro años, meses más, meses menos, el consabido pote de Casancrem costaba 4,95 $ (parece un chiste ¿no?). Ahora ese mismo producto cuesta, según este lugar,  14,49 $.
Es ésto lo que a mi me parece inviable. Porque de 4,95 $ a 14,49 $ tenemos un aumento del 192,73 %. He aquí el tema.
En el medio no ocurrió ninguna catástrofe climática en el país, una guerra civil o nuclear, no hubo sequías inmensas y prolongadas que dieran al traste con la producción agrícola. Los factores de producción están intactos, esto es, no hubo descalabros que cambiaran radicalmente el modo en que se obtienen las materias primas y tampoco los procesos industriales, debido a los factores mencionados, se mantienen intactos.
Sobre el "aumento" de la materia prima nada tienen que decir porque al tambero le pagan chaucha y palito, tal como se pude comprobar.
Entonces ¿cuál es el motivo de este enorme aumento, este sí, inviable?
Ahí nomás saltará la respuesta mediática "la política social del gobierno, el gasto público, la disciplina fiscal y bla, bla, bla. que generan inflación y bla bla bla".
Me gustaría pensar que al menos nos vamos a tomar dos minutos antes de apretar "play" en el botón que indican los medios neoliberales. Digo, porque esas respuestas atávicas son lugares comunes que no explican ni un poco 192,73 % de aumento en un producto como el Casancrem.
En principio hay que señalar una verdad de perogrullo: los precios no los coloca el gobierno. Los precios son estipulados por los formadores de precios. Esos formadores de precio que le garpan al tambero 1,70 $ por litro de leche. Por lo que, en el Casancrem antes citado, la incidencia del precio de un litro de leche es del 11,73 % (hay otros procesos industriales involucrados en el Casancrem por lo que la incidencia debería analizarse con más cuidado, pero en cualquier caso la incidencia treparía a no más del 13 %). ¿ Y el resto? Ahí tendríamos que poner el componente impositivo que consiste en gravar el precio del producto con un 21 % (IVA que generalizó Cavallo, por si no lo recuerdan), el impuesto más regresivo que conozco por otra parte. Por lo que el precio sin IVA sería más o menos 12,05, por ahí. Usemos ese precio sin IVA como base y tendremos entonces que el precio del litro de leche tiene una incidencia de del 14,11 %. O sea, poniéndolo al revés, que del precio del litro de leche al precio sin IVA del casancrem hay un aumento del 608,82 %. ¿Qué tul?
Ahora nos informamos que la incidencia de la mano de obra en la cadena de productos lácteos es del 12 %, con una salvedad: la cantidad de operarios no ha aumentado desde hace diez años, cuando se procesaban 8.500 millones de litros. Con la misma cantidad de empleados se procesan hoy 12.000 millones de litros. O sea, que la mayor productividad absorbe los aumentos en los costos de la mano de obra. Entonces, pongámosle que ese porcentaje sea del 10 % considerando el aumento de productividad.
Ese 10 % más el 14,11 % del precio del litro de leche (a groso modo claro está) nos da como resultado un 24,11 % del precio sin IVA. ¿Y todo lo que queda?
Veremos entonces que ni los tamberos ni los laburantes de la cadena de producción de lácteos tienen una incidencia desisiva sobre el precio de los productos finales.  Aquí deberíamos extendernos acerca de la cooptación de la cadena de producción, de monopolios, oligopolios y cartelización pero no me da la cabeza ¿vio?
Sin duda mis cálculos son bastante malos y además hay factores que no tomé en cuenta.
Pero estos razonamientos básicos alcanzan para mostrar que el problema no es el salario y que tampoco es el productor.
Con lo que damos por tierra con los argumentos de Funes de Rioja sobre la pretendida "competitividad". No es por el lado de la reducción de sueldos o disminución del porcentaje de aumento por donde se mejora la competitividad. Tampoco esquilmando al productor para que venda su producción por nada.
Quizás limitando la voracidad de los "empresarios" algo cambiaría.
Lo que es "inviable" es que los empresarios se queden con tan brutal porción de la torta.
Y quitando el IVA, eso también, al menos a los productos de primera necesidad. Si querés un BMW pagá IVA, ponele. Si comprás un litro de leche no.
Añado: si alguna vez alguien se decidiera a indagar y sincerar los costos reales de los productos que comercializan los formadores de precios, menuda sorpresa nos llevaríamos.

jueves, 17 de enero de 2013

EL ESCLAVO BLUE ESTÁ POR LAS NUBES

...
Con esta nota queda bien claro en qué consiste la mentada "competitividad". Y además, tengo la sensación de que estas empresas que ahora se mudan a lugares "más baratos" (léase mano de obra cuasi esclava) merecen algo más que un escarmiento. Incluyendo nuestros propios cínicos que en vez de ganar premios deberían estar a la sombra y no de un árbol.

lunes, 10 de diciembre de 2012

VUELVAN, VUELVAN, ACÁ YA CONSEGUIMOS ESCLAVOS

¡Pero claro hombre! ¿Dónde vais a encontrar mejores esclavos que aquí? ¡Venga! Dejad a esos jodidos sudacas que en España ya hemos logrado ser "competitivos". ¡Aprovechaos señores empresarios!
Más allá de la humorada, a confesión de parte relevo de pruebas: ¿se comprende en qué consiste esta jodita de los call centers?
Que nadie pronuncie la palabra "empleo genuino" relacionado con el concepto "call center" o le endilgo una patada voladora en medio del plexo solar.
Por otra parte, los argumentos que esgrime García Legaz para "repatriar" los call centers merecen un sitial de honor entre los mejores discursos inescrupulosos del año. Si señor.

domingo, 25 de noviembre de 2012

¿SERÁ ESTA LA COMPETITIVIDAD QUE ANDAN BUSCANDO ALGUNOS NOSTÁLGICOS?

...
Algunos pícaros nostálgicos andan buscando "recuperar la competitividad" de la mano de medidas como las que están tomando en España y que aquí ya sufrimos allá cerca y no muy lejos. Por eso baten el parche con cosas como esta, esta y esta.
Esto vendría siendo un ayudamemoria para los salames que, olvidando lo que no tienen que olvidar, aplauden las recetas que apuntan al corazón mismo de su tujes. Falsa conciencia se llama, protagonizar la ética de la clase dominante siendo el dominado.
A esta altura y con tanto elemento para juzgar, de adentro y de afuera, de ahora y de ayer, nadie es engañado sin su consentimiento.

sábado, 6 de octubre de 2012

EL CLIMA DE NEGOCIOS ESTÁ IRRESPIRABLE

...
"Lamentablemente, muchos de ellos implican mayor carga a las empresas –especialmente a las PyME–, con incremento de los costos laborales y pérdida del poder de dirección."
...
No hay caso, si no te dejan tener esclavos, no se puede sostener la competitividad.

martes, 31 de julio de 2012

LO IMPORTANTE ES COMPETIR

¿Alguna vez se pusieron a pensar en la palabrita "competitividad"? ¿No? Irresponsables. Resulta que esa palabreja implica una tal rompedera de tujes que mejor nos detenemos un minuto entre el hockey y el badmigton (¿se dice así no?) y tratamos de aprehender los alcances de semejante asunto.
Competitividad, palabra usada casi siempre por empresarios a los que les interesa el país, significa que los productos o servicios que ellos venden sean más baratos que los vendidos en otras partes. Más que nada el término se aplica cuando se mentan las exportaciones.
Por tanto, intentan que sus costos disminuyan hasta casi desaparecer (lo que hacen todos los capitalistas) para que puedan competir en el mercado externo. La novedad es que hay productos o servicios que recurren a mano de obra cuasi esclava o tan barata que parece gratis por lo que la única forma de "competir" es consiguiendo a su vez mano de obra cuasi esclava o tan barata que parezca gratarola. Ahí tenés entonces uno de los motivos por los cuáles las empresas abandonan países y se van a otros, estos segundos, lugares en donde la expresión "derechos laborales" es un exotismo impensable.
Los empresarios entonces, recurren a esa competitividad como excusa para bajar los salarios, dado que, si no pueden competir "afuera" desaparecerán o se trasladarán. No por nada los servicios de call centers se brindan masivamente en países como La India en donde hay mano de obra a precio de liquidación todo el tiempo con reposición asegurada. Aunque la lista de países es amplia y aumenta cada vez que alguna lumbrera adopta como latiguillo aquello de la flexibilidad laboral, que no es más que bajar el precio de la mano de obra para de esa forma "seducir" a los empresarios. Claro que el tujes no lo pone el tecnócrata sino el laburante.
También, cada vez que alguien sugiere que los empresarios tienen que abonar impuestos como cualquier hijo de vecino, éstos reaccionan apelando, ¡como no! a la competitividad que, según ellos, disminuye porque les aumentan sus "costos".
Ni te cuento si a cualquier sensible se le ocurre que las empresas tienen que cumplir ciertas obligaciones para con el trabajador. Verás crecer la ira en las filas empresarias. Por lo mismo, les cagás la competitividad.
Como verán, la única variable que estos patriotas consideran es el precio del laburo y los impuestos que tienen que pagar. Aunque algunas veces piensan en los subsidios que les tienen que dar para mantener la competitividad.
Si si, lector avispado, a esta altura has descubierto que los prohombres sólo piensan en pagarle menos al laburante, al estado y si es posible, recibir guita del estado para sus negocios.
De poner un mango ni hablemos.
Supongo que, sugerirles una mejora sustancial de sus productos para generar valor agregado por innovación tecnológica o novedosos métodos de producción, reducir sus márgenes de ganancia (si si, reducirlos a niveles normales y razonables), conquistar mercados fundados en la mejora de procesos industriales o sostener una producción original que no tenga competencia y otras cosas más, jamás ha rondado sus cabecitas.
Ojo que siempre estoy hablando de un sistema económico como el que tenemos, nada de troscovismo, al menos por ahora.
Por eso, cuando escuche la palabra competitividad, búsquese un calzoncillo de acero y siéntese de espaldas a la pared. Alguien amenaza su buen nombre y honor. 

miércoles, 4 de julio de 2012

LOS ULTIMOS SERÁN LOS ÚLTIMOS

Es curioso el significado del concepto "sacrificio y contribución al desarrollo" que esgrime la mayoría de los empresarios argentinos. Para estos abnegados patriotas quienes están obligados a "comprender la coyuntura" y "contribuir" al sostenimiento de la actividad son los laburantes. Por tanto, cualquier tipo de ajuste o "retoque" caerá sobre la cabeza de los empleados: disminución de salarios, aumento de horas de trabajo, "reorganizaciones", etc.
Los que tienen que poner el culo para que salga sangre son los trabajadores.
Y por añadidura se entiende que, si la empresa funciona "mal" o no es "rentable" todo es culpa de la voracidad de los antes citados que tienen la absurda pretensión de comer todos los días, tener obra social, vestirse, darle de morfar a su familia, mandar a los hijos a la escuela y de vez en cuando comerse un pancho. Si estos insaciables no fueran tan pretenciosos el "margen de rentabilidad" sería sin duda más alto.
Así escucharán Uds. (muy seguido por otra parte) a los preclaros hombres de negocios indicando que no son "competitivos" porque el "costo laboral" es muy alto y ni qué hablar de la "presión impositiva" que pretende que ellos paguen lo que corresponde, ¡habrase visto semejante cosa!
Lo único que estos señores no discuten (y parece que nadie quiere discutir) es la "rentabilidad". Justo el punto sobre el que es absolutamente necesario debatir. Porque, en principio, la rentabilidad es apropiación de plusvalía, y plusvalía es sobretrabajo y el sobretrabajo proviene del conjunto de los laburantes. El señor empresario se apropia de ese sobretrabajo y no quiere escuchar una sola palabra acerca de la distribución de ese margen del que se apropia.
Lo que hace es volcar sus "costos" sobre el trabajador. Y también ese será el eje mediante el cual pretende fundar su "competitividad". O sea, mientras menos guita le salga el laburo que genera valor, más "rentabilidad" obtendrá.
Por supuesto, cada vez que tímidamente se le sugiere que no debe desangrar a sus empleados el tipo amenaza con catástrofes y hecatombes que harían palidecer al diluvio universal pictures. Dice "no se puede competir". O cosa aún más perversas: "en el resto del mundo se usa tal o cuál cosa" con lo que pretende graficar que en otros países se explota más a los trabajadores y nadie dice ni pío y que si lo aprietan se lleva el laburo a esos territorios de manos libres.
Una delicia.
Tenemos empresarios que reducen costos por el lado del trabajador como única estrategia de negocios posible. Una imaginación que voltea tienen, abrumadora. Unos emprendedores bárbaros. Y como tienen la papota cada vez que presionan al gobierno, el gobierno responde a su favor dándoles éste o aquel beneficio, retando a los laburantes para que no se quejen tanto, retrasando el tratamiento de leyes que favorecerían al trabajo. Y aquí sí quedamos con el culo al aire a la espera de la jeringa que nos vacune.
Pregunto ¿qué otro camino tiene el trabajador que no sea presionar en busca de mejores condiciones laborales mediante las armas que posee? Recordemos que, como vivimos en una sociedad capitalista, lo que el obrero vende es su fuerza de laburo y con lo que puede negociar es con éso.
¿De qué otra forma podría señalar su desacuerdo?
Yo creo que habría que poner el foco en otra parte. No es poco el sacrificio que han hecho los laburantes para el desarrollo del país. Nadie ha escatimado lomo y sudor. Se debería solicitar a los empresarios sacrificios al menos equivalentes con la misma vehemencia con la que se le solicita al obrero que se deje de joder.

lunes, 24 de octubre de 2011

viernes, 23 de septiembre de 2011

¿ADIVINÁ QUIÉN TIENE LA CULPA?

Primero, ahí está el cantito ése de la "competitividad". La que estamos perdiendo según los capitanes de la industria que vienen usando ese estribillo desde hace un montón de tiempo con dos objetivos muy claros: bajar el salario y buscar subsidios. Esas dos estrategias apuntan a una meta común: ganar más guita sin poner una sola decadracma.
Por supuesto, y como siempre, la culpa es de los salarios.
...
...
Elemental Watson: como decía Don Carlos (no el Mëndez), el capitalista combate la tendencia a la baja de la tasa de ganancia, entre otras estrategias, disminuyendo los salarios, aumentando la intensidad del laburo, garroneando subsidios, etc. Lo que Don Mantilla propugna, a otro can con ese fósil mostro.

lunes, 1 de agosto de 2011

ESO PASA POR DARLE PELOTA A LA ASAMBLEA DEL AÑO XIII

Si todos esos negros de mierda quieren comer todos los días perdemos competitividad. Desde que les sacaron los grilletes se creen seres humanos. ¿A quién se le ocurre que tienen que llegar a fin de mes, tener obra social, vacaciones pagas, etc.? ¿Para qué mierda quiere eso un esclavo que nació para trabajar como un burro sin quejarse y además, enseñarle a sus crías que deben también trabajar como bestias sin decir ésta boca es mía? ¿Para qué cuernos es uno el amo, el patrón que todo lo sabe y les pasa la mano por el lomo si tiene que pagarles salarios suntuosos? ¿Para que se lo gasten en quiniela y vino? ¡Por favor!
...
...
Para crápulas como el de la nota, la "competitividad" consiste en usar mano de obra cuasi esclava.
No tienen otra estrategia. No se les cae ninguna otra idea.
Empresarios a los que les interesa el país.

miércoles, 20 de julio de 2011

EL DOGMA

Este informe sobre competitividad de la Universidad de Belgrano transita con entusiasmo el camino del maniqueismo. En medio del fárrago de pseudo-conceptos derramados como medicina para calmar el dolor de óido, uno puede advertir sin mayores problemas la maniobra desplegada, que podemos resumir en: Empresas Buenas-Estado Malo.
Como se desprende de la lectura de la nota, las empresas no tienen ninguna responsabilidad de nada, por nada, ni con nadie. Porque son empresas y son privadas.
Y el Estado tiene toda la culpa. Porque es Estado.
Disfrazado con la jerga de rigor en esos antros académicos, se esconde uno de los dogmas que conforman el núcleo duro del neoliberalismo. Dogma que se despliega en el informe con el mayo desparpajo. El Estado no debe meterse en "los negocios" y debe reducir su tamaño a la menor expresión para dejar librado al juego de la oferta y la demanda (el mito ceteris paribus) todo cuanto el mercado puea colonizar. De todo lo otro que se ocupe el hijo de la pavota, o mejor, que no se ocupe porque genera "gasto". Ese "gasto" que las empresas sugieren, sufragan ellas con el sudor de sus sillones.
Pues no. La cosa es bien otra. 
Por lo tanto, a vender humo a otro lado.
No ha lugar.
...

miércoles, 29 de junio de 2011

BASTA

...
Estoy harto de este mundo organizado por una manga de comerciantes de tres al cuarto revestidos de un lenguaje y unos eufemismos con los que quieren disimular su condición de tales. Y estoy más cansado de las tipas y los tipos que dicen "-Es lo que hay" o "-Es así" conformándose de esa forma con una cotidianeidad horrorosa, signada por el darwinismo social legitimado y el afán por obtener cosas que se vuelven obsoletas en media hora para ser reemplazadas por otras cosas que serán obsoletas en quince minutos.
Tengo las bolas llenas de la "rentabilidad" que encubre el proceso mediante el cuál un comerciante de mierda devenido CEO explota a los laburantes munido de excusas tecnocráticas. A cualquier idiota que pronuncie esa palabra tres veces en una conversación lo mandaría a hacer nudismo en el Aconcagua en pleno invierno. Estoy repodrido de la "competitividad" que implica reducir "costos" quitándole derechos al que trabaja y aumentándole el laburo. A los salames que pronuncien la palabra "competitividad" tres veces en una charla los mandaría a nadar con los osos polares en short en el mar que rodea al Polo Sur.
Los "modernos métodos de managment" me merecen el mismo respeto que un disco de Enrique Iglesias. Y todas las pseudo-escuelas psicológicas que justifican los asuntos anteriormente descriptos tienen para mi la misma entidad científica que el Sai Baba: su seriedad es similar a los que adivinan el futuro en la borra del café. Si me indican ser "proactivo" abordo al individuo comunicador de la misma forma en que un pilar de rugby se lanza contra la defensa contraria en busca del try.
Ese galimatías que expelen los economistas ortodoxos, los administradores de empresas, los marketineros varios que recorren el espectro variopinto de la "realidad" me causa alergia: me sale un sarpullido me sale que carcajeate de la varicela.
La cosa, señores del eufemismo, consiste en garpar cómo se debe y lo que corresponde. Dejar de esconder al laburante detrás de una consultora, una tercerizada, un contrato de locación de servicios, etc. Suspender con la explotación que significa aumentar las tareas disminuyendo a los empleados. Cortarla con el encuadre en un sindicato que no corresponde para pagar chaucha y palito. Dejar de considerar a las personas como descartables, fungibles, supérfluas.
Además.
Terminar con la espantosa costumbre de apropiarse de los bienes públicos para transformarlos en productos para mercar. Escupo sobre los carteles que indican que una montaña, un río, un valle, son "propiedad privada". Me cago tres veces encima de una tranquera que cierra un camino de uso público. Si una manga de estúpidos repodridos en guita construyen un barrio privado y se apropian del agua que baja de las vertientes y de esa forma "privan" de la misma a todos los que están más abajo, simplemente dinamitaría el lugar en cuestión y enviaría a sus distinguidos habitantes a cruzar a nado el océano Atlántico. Y a los "emprendedores" del "campo" que rocían con plaguicidas sus cultivos, matando a la gente que vive cerca, les haría tomar mate con glifosato, porque no es tóxico, no hace nada, como indican los "ruralistas" muy sueltos de cuerpo.
(En este punto incorpore Ud. señor lector la situación que considere sea necesario incorporar).
Agradezcan a la divinidad que tengan por excusa señores "empresarios a los que les interesa el país" que yo no tenga poder. Porque si lo tuviera por fin entenderían qué significa "inseguridad jurídica", "ataque a la propiedad privada" y "perturbar el clima de negocio". Tendría con Uds. la misma piedad que esgrimen cada vez que revientan el mundo para vender un par de camisas más.
¿Parece que estoy enojado? Por supuesto. Porque estoy enojado.
Y me voy a enojar mucho más todavía.

miércoles, 9 de marzo de 2011

MÁS SOPA PARA EL OTRA VEZ SOPA

Asi que el FMI había cambiado.
Si, seguro Dominique.
Se nota a simple vista.
...
...
Que bueno cuando los "especialistas" recomiendan tropezar de nuevo con la misma piedra.
...

viernes, 3 de diciembre de 2010

LOS COMPETITIVOS

El señor Héctor Méndez (me sobró lo de "señor") presidente de la UIA (Unión Inescrupulosos Argentinos) con la hombría de bien que lo caracteriza a él y a todos los que representa, salió al ruedo esgrimiendo amenazas como siempre. Y como buen chantajista profesional, estableció una "lista" de exigencias para aceptar "el pacto". 
Porque ellos no van a hablar sólo de salarios y precios. No. Ellos necesitan sacar tajada del asunto. Todo consiste en que el Estado les pague la joda y no se meta para reclamarles sus obligaciones.
Ay Don Héctor. El que no lo conoce que lo adquiera mediante leasing.
...
...