Me siento reconfortado por la valentía de la CGT, expresada en las palabras de Juan Carlos Schmid, uno de sus titulares. Fijate.
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¡Por fin se plantaron! Esto es para los que dicen que los señores de la CGT son tibios, y más que defender a los obreros defienden a los patrones. Ahí tenés, los tipos van a "pedir" que no despidan orejones del tarro por lo menos en diciembre. Cuanti menos. Y nada de leyes o cosas firmadas, compromisos basados en la responsabilidad social de los empresarios. Así se hace.
¿Ves cómo te defienden? Se juegan el pellejo por vos, orejón del tarro. Más vale que seas agradecido y no salgás a hacer quilombo. Tené en cuenta el compromiso de la CGT para defender a los palurdos insignificantes como vos, la forma en que esos estadistas administran la paciencia histórica del "movimiento obrero", sus "opciones estratégicas" y su responsabilidad institucional. Aprendé pelotudo.
Ni se te ocurra conjeturar que la marcha del otro día fue una jugada de la CGT para descomprimir el clima social, colocar la protesta en un lugar que no joda y además evitar la posiblidad de un paro. Y que el reconocimiento de los movimientos sociales una estrategia para neutralizarlos y además dividirlos de otros espacios más combativos.
Uno porque es desconfiado nomás tiende a pensar en la conducta del tero que en un lado pone los mismos y en otro grita para despistar. Pero debe ser que no tengo formación política y la infalibilidad de los compañeros triunviros de la CGT me debería convencer de cualquier cosa a priori, pedazo de hereje.
