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miércoles, 20 de julio de 2011

EL DOGMA

Este informe sobre competitividad de la Universidad de Belgrano transita con entusiasmo el camino del maniqueismo. En medio del fárrago de pseudo-conceptos derramados como medicina para calmar el dolor de óido, uno puede advertir sin mayores problemas la maniobra desplegada, que podemos resumir en: Empresas Buenas-Estado Malo.
Como se desprende de la lectura de la nota, las empresas no tienen ninguna responsabilidad de nada, por nada, ni con nadie. Porque son empresas y son privadas.
Y el Estado tiene toda la culpa. Porque es Estado.
Disfrazado con la jerga de rigor en esos antros académicos, se esconde uno de los dogmas que conforman el núcleo duro del neoliberalismo. Dogma que se despliega en el informe con el mayo desparpajo. El Estado no debe meterse en "los negocios" y debe reducir su tamaño a la menor expresión para dejar librado al juego de la oferta y la demanda (el mito ceteris paribus) todo cuanto el mercado puea colonizar. De todo lo otro que se ocupe el hijo de la pavota, o mejor, que no se ocupe porque genera "gasto". Ese "gasto" que las empresas sugieren, sufragan ellas con el sudor de sus sillones.
Pues no. La cosa es bien otra. 
Por lo tanto, a vender humo a otro lado.
No ha lugar.
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viernes, 1 de julio de 2011

FANTASMAS Y BESTIAS MÍAS

El secreto es invertir en fantasmas.
En eso están en el Precoloquio de IDEA.
Aunque no se les cae ni una idem.
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Pobres, seguro que no van a ganar un mango.
Una colecta che, no sean roñosos.

domingo, 17 de abril de 2011

ES LO QUE YO SIEMPRE DIGO

¡Que ternura! Mirá con qué pasión se ocupan de cuidar el dinero de los jubilados los señores empresarios a los que les interesa el país. Me van a hacer emocionar che.
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De repente tengo una laguna ¿estas empresas no eran las que le cuidaban el dinero a los jubilados de las AFJP? Esos jubilados que cuando querían ejercer de tales tenían que recurrir al Estado para que pusiera la guita que las Administradoras se había farreado en acciones sin demasiado valor y ayuditas a los amigos, con lo cual el hijo de la pavota no veía un mango de la seguridad social pero después tenía que subsanar la descapitalización de las AFJPs con las rupias de "todos" (tal como gustan decir los amigos Liberaloides Libertaroides). O sea, las empresas no le cuidaban los rublos a los jubilados, pero cobraban su comisión religiosamente, con lo cual se les pagaba por hacer mal el laburo para el que fueron creadas. Y según tengo entendido, muchas de las empresas que ahora patalean como desesperadas porque un socio que pone decadracmas en cantidades nada despreciables quiere participar, como corresponde, en las decisiones que se toman, casualmente, con la plata invertida de su peculio, eran dueñas o participaban de los paquetes accionarios de las AFJPs. Con lo cuál, el argumento de don Jaime Campos se cae al piso estrepitósamente.
Ahora tendría que decir "amén", pero ya se sabe que soy un hereje mal entrazado.

viernes, 15 de abril de 2011

MÁRTIRES

"Sufrirán".
Señores campestres, nosotros los sufrimos todos los días y aquí estamos tan campantes. Asi que, un poco más de control no les vendrá mal. Ante todo pensando que nosotros como Estado tenemos intereses, guita invertida, en vuestras empresas. Justo es que las tengamos cortitas, como decía mi abuela.
Por tanto, ese papel de mártires sufrientes déjenlo para personas más idóneas.
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jueves, 14 de abril de 2011

CONFIATE DEL SANTO Y NO LE PRENDÁS VELAS

Amigos empresarios, queridos señores a los que les interesa el país: nunca, pero nunca jamás, jamás de los jamases confiaría en Uds. para algo. Mucho menos dejaría en sus manos "el desarrollo económico y social" del país. Como decirlo, dados los antecedentes (prontuarios) que tienen los señores empresarios en Argentina lo extraño es que todavía anden sueltos y gozando de buena salud. 
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De todas formas estas apelaciones a la "conducción empresaria" tienen de fondo la vieja petición de principio sobre el papel del Estado en la economía, esto es, que el hijo de la pavota ponga la guita pero que no se meta. 
Hagamos un ejercicio de lógica inversa: supongamos que uno de Ud. pone guita en una "empresa" y los otros accionistas no permiten que Ud., que colocó sus decadracmas en el emprendimiento, meta la cuchara en la dirección de la misma. Claro, mientras más rupias aporte, más derecho a patalear tendrá. Pero a nadie se le ocurriría cuestionar su derecho a participar.
Then ¿por qué entonces tanto escándalo? Simplemente, uno que pone mosca, quiere participar en la cocción del guiso. Como corresponde. 
Así funciona la cosa ¿no?
Que lindo es el capitalismo.