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domingo, 7 de febrero de 2016

LA SALIDA ES LA ESCLAVITUD

No hay que tenerle miedo a instituciones como la encomienda, la mita y el yanaconazgo, sin descartar la lisa y llana esclavitud que tantas fortunas forjó. Ahí sí nos volveremos competitivos y además, se acabaron las protestas de esos insaciables que quieren morfar todos los días ¡tres veces por día! ¿dónde se ha visto?
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Ya se sabe además que a estos salamines se los puede convencer de cualquier cosa, incluso cuando les estás revolviendo el cuchillo en la herida. Un poco de Nelson Castro, otro poco de Lanata, dos toquecitos de Magdalena Ruíz Guiñazú, para la cena Intratables y para todo el día TN. Con esa artillería cada uno de los paparulos del otro lado de la pantalla va a defender la esclavitud como si la idea se les hubiera ocurrido a ellos. Haceme caso. Dejemos de lado el pudor.
¡La diferencia se disparó! Pregunto: ¿a quién le jode ese aumento? Si si. A los que te jedi. A los mismos a los que les entregaste el control del estado. ¿Puedo decirlo? ¡Dale, sí, puedo!: ¡Boooooluuuudooooo!!!

miércoles, 12 de septiembre de 2012

OBREROS AL COSTO

Todavía, a pesar de haberla repasado cien veces, cuanti menos, me sigue causando un profundo desagrado la frase de Paolo Rocca, el trompa de Techint: "El costo de un obrero industrial...". Esa parte, ese fatídico segmento de la argumentación de Rocca. Esas seis palabras que blanquean la condición de objeto del laburante. Un objeto que tiene un costo. Una mercancía, ni más ni menos (si si, ya lo dijo Marx allá lejos y hace tiempo, pero no dejo de sorprenderme).
Y un objeto no es, verdad de perogrullo, un sujeto. Y con un objeto uno no tiene demasiadas consideraciones, es un objeto y ya, con todo lo que eso trae aparejado. A un objeto no se lo consulta acerca de sus preferencias o sentimientos, se lo utiliza como objeto que es y luego, cuando deja de "servir" es desechado sin más, como todos los objetos. Un objeto se compra y se vende y nadie le pregunta si está o no de acuerdo.
Un sujeto, que es todo lo contrario a un objeto, es alguien per se. A un sujeto le corresponde la consideración a priori de su condición de existencia de la que se desprenden los derechos que luego reconoce la legislación nacional o internacional. A un sujeto debe reconocérsele la dignidad, expresada en el respeto a lo que es y a su posterior despliegue integral por el mundo. Y hay más, pero paremos acá porque parecerá ésto una clase de ciencias políticas.
Menudas diferencias hay entonces, entre un objeto y un sujeto.
Paolo Rocca y los de su casta consideran al laburante (que es un sujeto) un objeto.
Que lindo ¿no? Iupi.