Se pasaron las audiencias por las pelotas, se pasaron los reclamos en la calle por las pelotas, se pasaron las recomendaciones de la Corte Suprema por las pelotas. Lo único que queda es cortarles las pelotas. Legalizaron la estafa. Así de simple.
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Ladrones, corruptos, venales, sociópatas, tengo tantos insultos entre pecho y espalda que no me alcanzaría el espacio para desgranarlos.
Pero me quiero detener aquí para dedicarle esta estafa a mano armada a los boludos a pedal, analfabestias políticos, los Gary Kasparov del voto, esos que aún defienden a esta caterva de hijos de una camionada de Blanco Villegas, los que se siguen quejando de "los negros planeros" (y cuando uno los mira comprueba que no pertenecen a la oligarquía, más bien lo contrario), a todas esas luminarias de las urnas. Esta mierda la eligieron uds., por lo tanto son a esta altura cómplices.
Y a nosotros, los otros orejones del tarro, los que intentan pisar estos saramacoques descriptos más arriba: ¿qué estamos esperando para salir a la calle? ¿Qué más hace falta? ¿Que haga la Gran Herodes y mate a todos los primogénitos?
