En medio de este clima de ¿fiesta? derramamos a los cuatro puntos cardinales las consabidas fórmulas "felicidades, felices fiestas, que se te cumplan todos los deseos..." etc. Así, sin pensarlo, al que se atraviese le espetamos ese sonsonete que uno desempolva para navidad y año nuevo.
Ahora bien, y esta vez reflexionando sobre los términos que uno usa, no tengo ganas de desearle "felicidades" a todos.
Paso a explicarme.No quiero que a Duhalde se le cumplan todos los deseos porque lo tendría de Presidente en un futuro no muy lejano.
No quiero que Macri alcance todas sus metas, porque entonces tendrá una ciudad "limpia" de pobres, con la salud y la educación privatizadas y con un policía por persona.
No quiero que Scioli haga realidad sus objetivos porque los chicos serían sospechosos a los dos años de vida.
No quiero que La Alumbrera, Pascua Lama, y otras aberraciones por el estilo hagan realidad sus anhelos porque entonces habría tierra arrasada, agua contaminada y muerte.
Hay un montón de hijos de puta a los que no les deseo felicidad alguna y quiero que pasen sus "fiestas" lo peor que se pueda: Videla, Astíz, Martinez de Hoz, Mariano Grondona, Susana Gimenez, Mirtha Legrand, Bergoglio, Bergman, Micheletti, Uribe, Sarkozy, Berlusconi, Benedicto XVI y tantos otros.
Tipos y tipas a los que les chupa un huevo la suerte de los demás. Tan poco les interesa que son capaces de declamar frente a una cámara que sí les interesa.
Definitivamente, no les deseo felicidad a todos ellos. A los otros, espero que sus esperanzas se vean frustradas, que no alcancen ninguna meta, que sus objetivos se vayan a la mismísima mierda, que sus deseos caigan en el tacho de la basura.
"En estas fiestas" no quiero que tengan algún motivo de alegría. Sobre todo porque su alegría es en gran parte fruto de la tristeza de los otros.
Asi sea.