Hay muchos lugares en donde puede estar este sociópata desequilibrado.
Pero no en la presidencia de un país.
Fuera.
Hoy.
Ayer.
El tiempo no es el mismo para el que desespera por un plato de comida y el que espera que le sirvan la comida en un restaurante.
El tiempo no es el mismo para el que desespera por encontrar un mango que para el que tiene los mangos amontonados.
El tiempo no es el mismo para el que tiene que sobrevivir hoy que para un estratega político que tiene todo el tiempo del mundo.
No es lo mismo.
En algún momento la derecha entendió que no podía lograr sus objetivos apoyándose en dictaduras.
Por tanto mutó y perforó la democracia hasta convertirla en un sistema de gobierno inocuo y débil.
Que combate a quien dice representar.
Habrá que pensarla de nuevo o reemplazarla, lo que convenga.
Porque estamos presos en libertad.
Ocurre que estamos en situación de supervivencia.
Dentro de ese modo las opciones se reducen a sobrevivir o morir.
O lo entendemos o no habrá un mañana
Como establece este principio no hay que multiplicar las explicaciones: la única salida es echarlo.
Todo lo demás es retórica.
Hay que comprender antes de iniciar la lucha que este engendro y sus cómplices nos han declarado enemigos.
Porque si pensamos que solo son adversarios nos vamos a equivocar y mucho.
