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Hay tanta mierda dando vueltas por ahí. Tanto pelotudo disfrazado de analista, tanto analista disfrazado de gurú, tanto gurú disfrazado de profeta que mejor no hablar de ciertas cosas. Enterrados en esa tormenta de fruslerías y chusmerío menos que de liquidación hoy este blog opta por evadirse, por escaparse un poco por la famosa tangente geométrica, aunque sabemos que tal cosa no es posible y que con la precisión de una encuestadora en el balotaje porteño volveremos de nuevo otra vez a la cuestión política que nos quita horas de contar corderos patagónicos.
Ayer, en ese terreno árido llamado televisión en donde las ideas parecen IVA exentas, desembarcó la décima temporada de Peter Capusotto y sus videos. Y con la solvencia que le conocemos arrasó con los pobres intentos de humor que perpetran varios polichinelas con más cartel que eficacia.
Peter Capusotto destrozó la realidad, la subvirtió, jugó al absurdo como solo Capusotto puede hacerlo. Jugó, y esa es la palabra clave, que es la única manera de enfrentar el cotidiano que es más bien una lata, según decía Julio Cortázar (el pobre émulo de Julio, Mario Vargas Llosa, nunca comprendió que la genialidad de Cortázar estaba en ese juego empecinado con el paralelepípedo repugnante, en esa capacidad que solo tienen quienes buscan y rebuscan, cosa que los libros de Varguitas no logran ni en sus mejores sueños)
Vino Peter Capusotto a pintar de absurdo lo que suele asumirse desde la corrección política o la solemnidad de palabras huecas de tanto repetirlas al pedo. Vino Capusotto para poner en su lugar a las malas copias y empujó los límites del humor más allá de donde las buenas gentes se autorizan a reir.
Vino Peter Capusotto que tiene, y esto es un signo de honestidad brutal, la desfachatéz de reirse de sí mismo y desde ahí, cagarse de risa de nuestros dogmas y prejuicios.
Vino Peter Capusotto y en este blog estamos contentos como perro con tres extensiones batientes.
Tan jodidamente alegres estamos que hoy nos vamos a tomar un respiro. Para volver a reirnos.
Luego le daremos aire a ciertas reflexiones sobre el macartismo que tenemos entre pecho y espalda. Pero hoy no che.
Hoy, Capusotto.
2 comentarios:
Kissnerismo al palo jajajaja, buenesemooooooooo
Me parece que el FPV se esta rompiendo y todo fomentado por el proximo presidente.
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