Estoy acostumbrado a las pavadas que dice este tarugo. Pero hoy logró empeorarse (y mirá que hay que empeorar lo que hace). Ha compuesto un texto un poco más reaccionario que esta bazofia de Celia Cruz. El iluminado indica que la culpa la tiene uno.
¿De qué? No lo aclara. Dice "relacion armoniosa" y eso es casi cualquier cosa. Pero lo interesante son las ¿reflexiones? que siguen. Ahora que la Iglesia Católica descubre que anestesiar la conciencia colectiva no está del todo bien, aparece Claudio María Domínguez para tomar la posta y decirnos que los problemas están dentro de uno.
Y además para enseñarnos (confusamente al estilo Doña Petrona pero sin torta surrealista) lo que es un hombre humilde y comprensivo, para alegar respeto cuando debería decir tolerancia. Y a la disidencia le llama calumnia. Ya hemos dicho acá que no hay que confundir respeto con tolerancia.
Claudito no lo tiene tan claro.
Estos delirios, a nosotros, escépticos de la primera hora, pueden hacernos reir.
Pero cuando leemos los comentarios que siguen a la perorata comprobamos que hay gente que se lo toma en serio y quizás hasta le haga caso, con los problemas que eso conlleva.
O sea, si delirás solo, adelante. Pero cuando tus delirios confunden y causan más dolor, entonces te metés conmigo.
Prefiero Claudito, leer a Sartre: "Según Sartre, el término humanismo posee
dos
sentidos muy distintos. Se puede entender una teoría que toma al hombre
como fin y como valor superior. Este tipo de humanismo supone que podríamos
dar un valor al hombre de acuerdo con los actos más altos de ciertos
hombres. Sartre afirma que este tipo de humanismo es absurdo ya que supone
tomar al hombre como fin, cuando, en realidad, es algo que siempre está por
realizarse. Además nunca deberíamos creer que hay una humanidad a la que
se puede rendir culto a la manera de Augusto Comte. Y es que, según Sartre,
el culto a la humanidad conduce al humanismo cerrado. El otro tipo de
humanismo piensa que el hombre está continuamente fuera de sí mismo, es
decir, proyectándose y haciéndose fuera de sí mismo ya que todo hacer
implica novedad. Sartre define este rebasarse a sí mismo en su continuo
hacerse como transcendencia, aunque no en el sentido en que Dios es
trascendente, sino en el sentido de rebasamiento. En definitiva, la creencia
de que el hombre no está encerrado en sí mismo sino presente en un
universo humano en donde se crea y se inventa, es lo que se denomina humanismo existencialista. Humanismo - afirma Sartre - porque defendemos
que no hay otro legislador que el mismo hombre, y que es en el desamparo en
donde decidirá lo que va hacer consigo mismo."
Claro, este humanismo conlleva una responsabilidad enorme e ineludible. Es más facil hacerse el boludo comprensivo ¿no?
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