POR ACÁ VIENE EL ASUNTO

EE.UU. hace una semana declaró a Venezuela como una amenaza para su seguridad. ¿Pensaban que se iban a quedar ahí nomás? No no. Ni lerdos ni perezosos, con la inestimable ayuda del íncubo republicano Marco Rubio (que ya hemos calificado acá in extenso), se mandaron una audiencia en el Congreso de Yanquilandia con el siguiente nombre: "Profundización de la crisis política y económica en Venezuela y sus implicaciones en los intereses de Estados Unidos y el hemisferio occidental." Como se puede comprobar hemos vuelto a las palabras de antes, de cuando el imperio en decadencia cortaba la milanesa.

Palabras que incluyen amenazas, palabras perversas de tipos que se autorizan a sí mismos a intervenir en los asuntos internos de cualquier lugar.

Y entre las cosas que dijeron, no podía faltar la conexión Irán-Venezuela-Argentina. Cosa de la que no tienen una sola prueba más allá de una imaginación geopolítica frondosa. Pero sirve para ponernos, ya que estamos, en la sombra de los sospechados.

Por supuesto los que parlaron del asunto dieron por sentado que hubo encubrimiento y que somos culpables. Como no podría ser de otra manera.

Cada vez mejor che.

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Es como si armáramos en el Congreso Nacional una audiencia que se llamara "Profundización de la crisis política y económica en EE.UU. y sus implicaciones en los intereses de Argentina y América del Sur".
Ahora que lo leo, no sería mala idea. Digo, dado que cada vez que uno rasca la pintura de cualquier desestabilización aparecen las barras y estrellas portadas por nuestros acólitos locales y el embajador de turno. Y no le quitemos méritos a Infobardo, que viene haciendo su mejor esfuerzo.

En cualquier momento nos mandan los marines. Aunque con los comandos locales calculo que tienen cubierto al cupo.