martes, 26 de marzo de 2013

¿DÓNDE ESTÁ EL HUEVO DE LA SERPIENTE?

Por supuesto, los cinéfilos advertirán que el título de este post hace referencia a la película "El Huevo de la Serpiente" de Ingmar Bergman. En ese filme Bergman intenta responder la pregunta acerca del fermento social que favorece el surgimiento del nazismo en Alemania. La pregunta que sobrevuela las escenas es ¿dónde está el huevo de la serpiente? ¿En qué lugar, momento, circunstancias la mayoría de un pueblo como el alemán decide apoyar y elegir a Adolf Hitler y luego legitimar por acción u omisión sus actos, incluído el Holocausto?
Hannah Arendt ensaya una respuesta:
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"Cuando Arendt se pregunta qué tipo de mal está detrás de este horror, que tipo de maldad es la maldad de quienes participaron en él o de quienes lo permitieron, concluye que detrás de de ese mal ejercido no hay ni perversión, ni patologí­a ni tampoco razones ideológicas o convicciones morales, lo que hay en las mentes de aquellos hombres es más bien una ausencia de cualquier posibilidad de referencia a criterios de juicio, se trata de una "incapacidad de pensar" de una insensatez radical que afecta finalmente nuestra capacidad de juicio. El criminal del totalitarismo no es un monstruo ni un alienado, tampoco un loco, es simplemente alguien a tal punto superfluo que se ha vuelto incapaz de dar respuesta a una situación moral conflictiva desde su propio juicio. Es por eso que Arendt llama a este fenómeno banalidad del mal, o mejor del mal banal pues tras él no hay más que superficialidad. Este mismo concepto se opone al concepto moderno de "mal radical" que hace residir el mal en una incapacidad í­nsita a la naturaleza humana de conciliar el deseo de su inclinación sensible con el mandato de su máxima racional, tal impotencia serí­a natural al hombre y sólo se subsanarí­a con el progreso de su razón (Kant). En el caso de Arendt, es imposible pretender que el mal sea algo natural al hombre, consubstancial a su ser dual, caí­do o contradictorio, se trata más bien de que el mal atraviesa el divorcio entre una libertad no soberana y una irrecusable responsabilidad. El mal se cuela por entre las debilidades de la libertad y las impotencias del juicio. (Ver Essays in Understanding, 1930-1954, Eichmann in Jerusalem, Responsability and Judgment)"(Fuente)
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Estas conclusiones de Arendt son inquietantes. Y lo son porque dan por tierra con la teoría de los monstruos excepcionales que son capaces de cualquier cosa. Lo que existe, lo que está ahí, es el mal causado por "alguien a tal punto superfluo que se ha vuelto incapaz de dar respuesta a una situación moral conflictiva desde su propio juicio."
Cuando uno piensa en cosas como la UCEP, por ejemplo, o la xenofobia abierta y expuesta de la ultraderecha suiza, fenómenos ambos que concitan adhesiones, aparece el concepto anterior. Gentes que dificilmente puedan ejercer violencia bendicen su utilización porque son incapaces de responder a una situación moral conflictiva desde su propio juicio. En su propia insensatez radical anida el huevo de la serpiente. Justo en donde uno no buscaría o donde no sospecharíamos que está. Larvado, esperando una conjunción de circunstancias que le permitan prosperar y ser al fin, el terror que contiene como posibilidad agazapada.
No es otra cosa la solicitud constante de represión contra los inmigrantes, contra los "negros de mierda", contra "los zurdos", la justificación de las torturas policiales, el aplauso cerrado con ovación ad hoc cada vez que reprimen manifestantes, etc. No es otra cosa la legitimación de cualquier violencia posible que expresan los tranquilos ciudadanos de clase media en cualquier reunión social.
De estas reflexiones en voz alta quiero extraer dos conclusiones parciales e incompletas:
1.-El mal contiene una alta dosis de miedo a la libertad.
2.-El "sentido común", la "opinión pública" y otros conceptos acuñados por los medios masivos de comunicación contribuyen a crear las condiciones para que el huevo de la serpiente (que está ahí previo a todos estos esfuerzos) sea incubado con éxito.
No en vano en este blog intentamos señalar los desatinos (siendo nosotros mismos un gran desatino) que lanzan al ruedo medios, instituciones, personajes y otras aberraciones, porque esos desatinos intentan impedir que el sentido moral responda al mal cotidiano presente en las relaciones sociales de toda índole. 
También por eso tratamos, sin éxito como se ve, de proponer la reflexión, el pensamiento como acción, el análisis, para que el juicio silenciado por tanto grito de animador compulsivo o panelista sin argumentos, no obstruya la capacidad de pensar.
Nada más eso.
Humildemente. 

8 comentarios:

Moscón dijo...

Acaloradas discusiones he mantenido innumerable cantidad de veces con ocasionales,parroquianos,conocidos,amigos,donde la noticia señala la acción de los jóvenes malvivientes o cierta alergia al laburo y algunas adicciones de la pendejada,estos se despachan con un "habría que agarrarlos,cagarlos bien a palos y darles una pala para que laburen y aprendan".
Yo les respondo ¿porqué no una gerencia en un banco?
Me miran desconcertados."A ¡encima los querés premiar!"
Vuelvo a responder ¿porqué no agarrás vos una pala y me contás que te enseña,ya que laburar duro por centavos debe ser muy educativo,no?
"Con vos no se puede hablar"cortan los portadores del huevo.
Uno no es un sabio,uno trata de despabilarse,pero los porta-huevos creen que si saben lo suficiente dentro de su almita sin lugar para la conciencia pero con mucho,mucho miedo a la libertad,de esa que habla Fromm.

ram dijo...

El tipo ése, eichmann, es interesante, juzgado y ejecutado por criminal de guerra, es probable que personalmente no matara una mosca.
Eso sí, el tipo fue uno de los principales (si no el principal). administradores de la "solución final", es decir todo el manejo log{istico, estructural y burocrático de la matanza.
Ni siquiera se podría comparar con los actuales criminales de play station yanquis que, jugando con los drones, matan gente a rolete en Pakistán, Irak y otros sitios exóticos donde la potencia más preocupada por los derechos humanos ajenos, los viola impune y masivamente.
La banalidad del mal también tiiene que ver con las posibilidades tecnológicas, se puede ser un monstruo y conservar las manos limpitas, las 8 horas de trabajo y el pasear al perro a la tardecita.
El nazi no "gaseó" a nadie, no, simplemente hacía su laburo, que no faltara el gas ni las personas "a procesar" - un técnico - si hasta se lo podría comparar con cualquier funcionario del FMI que, si mata de hambre no se nota, lo suyo es la lapicera, el hotel de lujo y los eichmann locales que administran la ausencia de comida y la población "excedente"; nadie es, nadie hace nada en concreto y los daños son "no deseados". listo, el mal ya no sólo es banal, es costumbre socialmente aceptada y, lo mejor, diluído hasta la invisibilidad. Y mientras tanto, Moreno. ES EL MAAAAL!!, como el negrito obama es el nobel de la paz.

José Pepe Parrot dijo...

Moscón:
Los insensatos...

José Pepe Parrot dijo...

Ram:
Si si.
La variable tecnológica acrecienta la crueldad dado que vuelve anónimos a los destinatarios del horror.

Anónimo dijo...

Muy buen post! Creo que es imprescindible poder trasladar a la vida cotidiana estas reflexiones que se dan acá. Es decir, en un almuerzo familiar no falta alguien que suelta "aca la inmigración está descontrolada, lleno de peruanos, bolivianos que vienen a atenderse a hospitales, y yo les banco todo con mis impuestos"...cosas así no podemos dejarlas pasar, y a riesgo de embarrar el almuerzo familiar, je, debemos enfrentar semejante afirmación con respuestas claras y sintéticas, y además responder calmos y sin gritar. Quizá entre tod@s podamos armar un compendio de respuestas breves y efectivas ante planteos así. Quizá se pueda armar algún post dedicado a eso y ver qué sale...
Saludos,
Pedro.

José Pepe Parrot dijo...

Pedro:
Gracias por el elogio.
Si me dan una mano prometo el post que pide.

Anónimo dijo...

Cuente con dos manos de este lado!
Creo que una construcción colectiva nos va a dejar muchas enseñanzas.
Lo que necesite, chifle nomás!
Saludos,
Pedro.

Carlos Zuppa dijo...

Problema intrincado, amigo.
Arendt muestra quizás que cualquiera, por algún motivo en el que cree, puede alimentar el huevo. Pero no resuelve el problema: cómo nace el huevo? no muestra porqué el sujeto carga una negatividad imposible de erradicar contra la sociedad, el otro. Quizás sea imposible erradicar, en el núcleo duro psíquico, el odio.
Tampoco se resuelve con la incitación a pensar, puesto que esto parece creer que pensar da siempre el mismo resultado, lo que es al menos dudoso. Si Hitler es posible,, es simplemente porque es un ser humano posible.
Es muy posible que el huevo sea siempre una construcción colectiva donde todos participamos. Por ejmplo, tomemos el caso de las universidades que son mantenidas por nuestros impuestos. Viene un alumno peruano (pongamos como ejemplo, no vayan a decir que tengo algo contra los peruanos) cuyos padres nunca pagaron impuestos aquí, y estudia en las mismas condiciones que otro cualquiera. Cualquier progresista no ve ningún problema en ello, al contrario. PPero no sería difícil mostrar que eso conduce a la entropía (energía del sistema) cero! Es un problema, y en lugar de buscar soluciones razonadas, la claque se divide en dos bandos, los que reaccionan muy mal, y los otros que no visibilizan el problemas! Como este, muchos otros ejemplos. Pensar no conduce a resultados unívocos!! Abrazo