martes, 4 de septiembre de 2012

CON LOS ESPEJITOS DE COLORES A OTRA PARTE

¿Acaso el venerable José Manuel Durao Barroso espera que el Mercosur compre los excedentes de producción que le andan sobrando a la UE para de esa forma financiarles la fiesta? ¿Qué tomaste Barroso?
¿Así que estás esperando un "claro mensaje contra el proteccionismo y ciertas formas de populismo?
¡No me digas! Mirá vos. Los veintisiete países de la UE se mueren por celebrar un acuerdo de libre mercado con el Mercosur. ¡Qué bondadosos! Nunca he visto tanta generosidad junta.
Pongamos las cosas en claro: los acuerdos de libre comercio versión UE significan que ellos pueden vender todo lo que quieran al Mercosur pero le prohiben la entrada a productos que vengan de esos países en donde quieren volcar una catarata de productos que no pueden ubicar en sus propios territorios dado el descalabro neoliberal al que se han sometido.
Las ventajas para la industria de la UE, si tal cosa ocurriera, son evidentes. Y el prejuicio a la industria de los países del Mercosur, si algún TLC se pusiera en práctica, también es obvia. ¿O algún ingénuo piensa que hacen lobby en pos de la prosperidad del Mercosur?
Párrafo aparte merecen los socios locales de estos abanderados del libre comercio unilateral, que presionan usando todos los medios serios a su alcance, para que los países del Mercosur abran generosamente sus fronteras a los productos importados, sin que el estado de la industria local les mueva una sola reflexión.
Don Barroso sabe qué es lo que persigue, y sus aliados locales también. Pero a veces parece que muchos que escuchan estos cantos de sirena no entienden de qué va la cosa y se quejan a los cuatro vientos porque no pueden comprar productos importados de primera necesidad tales como café, chocolate o fideos italianos.
Pero, qué le vamos a hacer, esto ya es Venezuela ¿no?

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