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Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, hombre de verba inflamada si los hay, se mandó un discurso que carcajeate de Torquemada en la inauguración de la XXII Exposición de Libro Católico. Si no conociéramos al personaje, estaríamos bastante asustados dado que los conceptos vertidos por el religioso son por lo menos preocupantes. Hace tiempo que no leía razones tan medievales. Un Jorge de Burgos a la carrera Don Aguer.
Revisemos algunos párrafos:...
Pero existe otro tipo de persecución, más insidiosa que aquella que enfrenta a los fieles con la posibilidad del martirio de sangre. Es la difusión de una cultura anticristiana que va horadando las convicciones de fe, sobre todo en la gente sencilla, y que incluye actitudes de desprecio y ataques que intentan desacreditar a la Iglesia y desplazar su influjo en la vida de la sociedad. Lo que está ocurriendo actualmente en la Argentina ilustra claramente esta situación. Entre nosotros se está desarrollando un nuevo kulturkampf, una guerra cultural análoga a la que se vivió en la década de 1880: cenáculos pseudointelectuales, círculos políticos y el ambiente oficial mismo parecen comprometidos en un programa sistemático para liquidar lo que resta de cultura cristiana en la sociedad argentina. No son los citados los únicos agentes de ese proceso: para aludir sólo a dos fuentes digamos que las universidades lo alimentan desde hace décadas y los medios de comunicación, en su mayoría, lo aceleran hasta límites inéditos de degradación, arremetiendo impunemente contra el sentido común, la decencia elemental y el buen gusto. La confusión es la nota de la época: confusión intelectual y moral; amparados en ese brumoso clima los ejecutores de la guerra cultural contra las verdades, sentimientos y realidades católicas se dicen católicos y probablemente se creen tales, y se atreven a dar lecciones a la Iglesia y a su magisterio.
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Porque hay que cuidarse de una cierta teología que no es genuina inteligencia de la fe, sino crítica que mina la certeza de las verdades fundamentales, siembra la duda y vacía al misterio cristiano de su contenido sobrenatural tanto en el campo dogmático como en el moral. Lo mismo se puede decir de una corriente de interpretación bíblica que, aplicando sin discernimiento el método histórico-crítico, practica una disección de la Sagrada Escritura como si fuera un mero documento literario del pasado.
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Hace falta, además, una nueva apologética que devuelva serenidad y firmeza a la fe de los creyentes, que muchas veces trastabilla ante el embate de objeciones pseudocientíficas, de prejuicios racionalistas y de leyendas negras. Ese arsenal anticatólico se difunde en una especie de vulgata periodística que corre a los cristianos poco preparados con la vaina de falsos supuestos y medias verdades.
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En la actualidad, la Iglesia es el único reaseguro del futuro del hombre, porque sólo en la visión cristiana del mundo queda salvaguardada la auténtica concepción de la persona humana y de su dignidad.
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Nos acusan de retrógrados cuando nos oponemos a las leyes inicuas que pretenden una reingeniería de la sociedad contrariando al orden natural. Al sostener el respeto de este orden estamos preparando el futuro, la reconstrucción de lo que destruyen los ideólogos, utopistas y políticos aprovechados.
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A continuación Monseñor Aguer entregó a cada participante un libro escrito por su propia mano justiciera, titulado "Cómo quemar herejes sin ampollarse las manos" y una bolsa llena de merchandising temático compuesto por un gorro de inquisidor, un par de pinzas para calentar al fuego, un Magiclik con garantía extendida, combustible sólido para acelerar el ecendido de las fogatas y una foto de hogueras famosas.
Amen.
10 comentarios:
¡Un Torquemada a la derecha!...Y ya que está otro a la izquierda!
Otro mas que LTA.
Ponele bigotito¿No te recuerda alguien?
Moscón:
¿Ud. sabe que si?
De hecho, me afané esa foto por el parecido ése que Ud. menta...
Yo le dije Dormi.
Somos unos pseudointelectuales apoyados en un pseudocientificismo.
Pero hay que decirle al cura, que mas que un nuevo "kulturkampf"; lo que estamos gestando es un: "mecagoentuiglesiayenCamps"
(lo de Camps es para que rime, pero no viene mal, no? digo, por Von Wernich.
Noooooo! ¿cómo se va a parecer con ése! Usted es muy mal intencionado, mírele el brazo flojito al monseñor, en cambio el otro lo tenía rígido, firme y bien en alto.
Una raza superior sin dudas (aunque usted se deje engañar con el apellido del monseñor)
Unfor:
Ese segundo movimiento cultural que describió "mecagoentuiglesiayenCamps", me parece que me voy a afiliar...
Ram:
Es que a Monseñor le falta Viagra. Claro, ¿para qué tomaría viagra un tipo que profesa el celibato?
"Martirio de sangre", "guerra cultural", "Las universidades lo alimentan desde hace décadas";"ejecutores de la guerra cultural contra las verdades"
Me llena de alegría ese mensaje de hermandad,tolerancia, serenidad y sabiduría.
"Hace falta una nueva apologética que devuelva serenidad y firmeza a la fe de los creyentes"
No, señores, más que una nueva apologética les falta el omnímodo poder político que siempre tuvieron para retrasar derechos civiles, para retrasar el conocimiento, para torturar, quemar y obliterar a las personas. Les falta que la gente vuelva a ser desinformada, dócil y temerosa.
Cómo extraña la Edad Media este señor. Y se dice parte del "reaseguro del futuro del hombre"
Jorge:
Si, Aguer es un ecumenista. Con decirle que es miembro honorario del Instituto Hugo Wast.
Por otro lado, es éso lo que buscan. Ésa es la respuesta que han encontrado a su creciente pérdida de influencia: restaurar una visión cercenada de la sociedad, reduccionista y reaccionaria.
Me sigo acordando de Jauretche: la zoncera madre de todas era Civilización o Barbaria, o sea, fundar Europa en Argentina derogando Argentina. Algo de esa zoncera campea en el pensamiento de Aguer, pero lo que quiere derogar es el presente.
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