martes, 4 de mayo de 2010

LA DESGRACIA DE SER AMERICANO

Andrés Oppenheimer es uno de los lamebotas más excelsos de las últimas décadas. Lamebotas por no decir otra cosa, dado que este espacio es visitado por señoras, señoritas y caballeros que no aceptarían algunos términos propios de las barriadas populares.
Pero Oppenheimer no es solo un succiona calzados, es además un ejemplo de cómo un succiona calzados puede perfeccionarse (como aquel personaje de Capussotto que era Buchón Vocacional y entrenaba para mejorar sus capacidades de botonazo).
Por desgracia para Oppenheimer, aparecieron informes que hablaban bien de América Latina. 


¿Cómo combatir esos informes? Andrés se rasca la cabeza y piensa. Piensa y busca argumentos en el Manual del Chupamedias Corporativo. Encima los informes provienen de las oficinas de sus propios patrones. ¡Que lo parió!
¿Cómo es que estos puebluchos que se crian como hongos más allá de Mayami pueden adscribir a la categoría de "potencias"? ¿Cómo se atreven a competir con EE.UU.,Europa y Japón?. Eso hay que desmentirlo. Y se desmiente. Andrés es un especialista. Desde la vergüenza de ser latinoamericano Oppenheimer ataca con subterfugios aquellos primeros argumentos. Lula no es tan feo como parece, el sistema financiero latinoamericano es el mejor del mundo porque el de EE.UU. y Europa está debilitado y el crecimiento es mayor que el de los "países ricos" pero menor que el de China. ¡Ahí está! Desmienta, desmienta, que algo quedará.


Y aquí llega su conclusión. Andrés respira aliviado. Una vez más ha demostrado que somos salvajes, subdesarrollados y dignos del mayor desprecio. Todos esos informes favorables obedecen al "sentimiento de desesperanza en EE.UU. y Europa". ¿Cómo no se me había ocurrido?


Misión cumplida Andrés. Ya podés limpiarte la comisura de los labios.
Fabio Zerpa tenía razón.

2 comentarios:

Prometeo dijo...

Creo que también le cabe el título de "Forro".

José Pepe Parrot dijo...

Prometeo:
Es un buen adjetivo para este muchacho.
Muy buen adjetivo.