Aguda y entusiasta defensa de don Lole Reutemann a cargo del inefable Rosendo Fraga. Fraga transforma la indecisión crónica y el calculador oportunismo de José Llego Segundo Cómodo en las dotes de un estadista. Se entusiasma y lo compara con Roca e Irigoyen.
Y justifica ese silencio de quien no tiene nada que decir, otorgándole valor positivo a una actitud de mierda: Lole no habla para no quedar preso de sus palabras. En criollo José Llego Segundo Cómodo no se quiere comprometer con nada ni con nadie.
Lo de siempre en realidad.
2 comentarios:
Pobre Lole, es que no le da la "nasta".
Davo:
Es más. Creo que todavía debe estar en la estación de servicio mirando al surtidor y luego al pibe que le va a cargar combustible en un mutismo absoluto. Y el pibe lo mira y piensa "ese silencio es propio de un prócer". Mientras, por supuesto, no le carga nada porque el Lole mantiene el misterio.
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