La buena noticia es que viene Paco de Lucía a Buenos Aires. Si me preguntás, entre tanto paquete importado que viene a recaudar sin mayor esfuerzo, la presencia del guitarrista es, vaya metáfora gastada, aire fresco en la abigarrada escena porteña.
Lo que no comprendo es la promoción que consta en el ángulo superior derecho del afiche de marras. Por varios motivos, pero más que nada porque es un reduccionismo absurdo. Y no porque Paco de Lucía no sea un enorme guitarrista flamenco, sino porque es tantas cosas más que esta burda definición de un publicista que apenas sabe manejar google ofende por su miopía.
Paco de Lucía -y a los que pasan por este blog a diario no se los tengo que explicar- ha incursionado en casi todos los estilos musicales, estampando en todos su particular visión de la guitarra. Sin duda la impronta que domina su arte es el flamenco, pero quien lo haya escuchado al menos una vez (recomiendo al publicista falto de imaginación buscar "Friday night in San Francisco" en donde Al Di Meola, John McLaughlin y Paco de Lucía acometen con sus guitarras un concierto épico en donde se mezclan estilos y ejecuciones distintas) sabe que además de flamenco, Paco de Lucía se pasea por todo el abanico musical con su guitarra como si tal cosa.
Promocionarlo diciendo "El mejor guitarrista de flamenco del mundo" es ofensivo. Y no hace falta. Simplemente con poner "Paco de Lucía" alcanzaba y sobraba.
7 comentarios:
Aún cuando se lo definiera a Paco simplemente como "guitarrista", el problema estaría en el adjetivo. ¿En base a qué se afirma que un artista es el "mejor" en lo suyo? La jerga deportiva vale para el deporte (y ni siquiera siempre).
Rob:
Tiene mucha razón.
Siempre desconfié de esas taxonomías que instituyen si éste o aquel es el mejor del mundo o sus aledaños.
Yo diría de Paco que es un músico fenomenal, con un estilo muy particular y prolífico.
Pero no me atrevería a decir que es "mejor" guitarrista que Mike Stern, que Juanjo Dominguez, que Tomatito, que Tárrega, que tantos.
Aparte de miope y torpe, decir "el mejor N del mundo" es de una ingenuidad superlativa.
Otro aspecto del rótulo ése de "mejor" tiene que ver, me parece, con el aspecto consumista de lo cultural, con ese público que necesita mostrarse como apreciador de, justamente, lo mejor, pero sin tomarse la precaución de valorarlo, entenderlo, sentirlo y gozarlo; aspectos demasiado básicos a la hora de pensar a un artista (y nada respecto a un producto, que es en éso que aplica lo de "mejor").
Ram:
Si señó.
El rotulito es un marketineo propio de crema de enjuague o detergente para platos.
Estaba pensando escribir algo sobre ese consumo cultural pretendidamente sensible, que no llega al snobismo y termina siendo patético.
La pucha, tengo temas atrasados que da gusto.
Yo voy más allá y creo que lo habíamos hablado en otra oportunidad. La oposición "mejor / peor", en arte, como si se tratara de una justa deportiva, se me antoja, no sólo insostenible, sino, improcedente.
Paco es un artista con todas las letras que logra momentos mágicos (como tantos otros, de diferentes maneras), y con eso basta y sobra.
Si el arte fuera mensurable positivamente ("positivistamente", quiero decir), escucharíamos sólo un monólogo: el monólogo del "mejor", a saber; el que corre más rápido, el que salta más alto, el que aguanta más sin respirar, el que la tiene más larga...
errata: no había leído la atinada intervención de Rob K y la oportuna respuesta suya, Dormi, caso contrario, me hubiese ahorrado la intevención.
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