viernes, 25 de enero de 2013

LOS PERRITOS DE PAVLOV IV

Imágenes del Naufragio:
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1.-En la pelìcula "Todopoderoso" protagonizada por Jim Carrey, Morgan Freeman y Jennifer Aniston, debido a una serie de situaciones bastante imprecisas, el protagonista, Jim Carrey, obtiene los poderes de Dios. ¿Qué es lo que hace entonces? ¿Usa ese poder para mejorar el mundo? ¿Mitiga el hambre de millones de seres humanos? No. Aumenta el tamaño de los senos a Jennifer Aniston, hace que su perro mee en el inodoro y le levanta la falda a una señorita para mirarle el culo, entre otras hazañas. No vaya a ser que, puesto en posesión del poder de la divinidad se le ocurra cambiar el mundo, aunque más no sea en una película de cuarta.
2.-En una escena de la saga "Indiana Jones", Harrison Ford, que encarna al personaje principal, se enfrenta a un árabe, creo. El nativo blande con una habilidad envidiable un sable y despliega frente al elemental "aventurero" una serie de movimientos destinados a amedrentarlo. Indiana Harrison Ford entonces lo mira con desdén y le dispara con un arma casi con indiferencia.
Este gesto muestra en una sola escena la actitud que despliega el Tío Sam por el mundo: la prepotencia de la superioridad técnica, el desprecio a cualquier forma de cultura que se interponga en su camino, la indiferencia con la que aplasta a cualquiera que se atreva a cuestionar su pretendido papel de justiciero del mundo.
3.-La película "Hostel" producida por Quentin Tarantino (cuya adicción patológica a la violencia empaña, a mi juicio, su producción cinematográfica) es una apología de la tortura. En países como Argentina, Chile, Uruguay, etc., "Hostel" es una afrenta, dado que muestra con lujo de detalles una serie de torturas varias con una cámara que no cuestiona la inmoralidad de las mismas sino que se enamora, con sadismo perverso, de cada una de las situaciones. Y luego lanza al protagonista a otra orgía de violencia mientras se venga de los torturadores, otorgándole una legitimidad fuera de discusión a unos y a otros.
Una escena de ese filme muestra a un yanqui, un wasp de pura cepa, torturando a una chica oriental. Para torturarla usa las manos. A los gritos, el torturador indica que tiene que aplicar tormento "a la manera norteamericana", o sea, con la misma prepotencia e impunidad, valiéndose solo de su fuerza, o sea, de la posición de superioridad que conforma una víctima atada a una silla y un victimario que no tiene que dar cuenta de sus acciones a nadie.
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De muestra bastan estos tres botones ¿no?
Si se les ocurren más ejemplos, bienvenidos sean.

6 comentarios:

Rob K dijo...

Con referencia a la escena de "Indiana...": sospecho que los yankis, en el cine pero especialmente en la vida real, no discriminan tanto cuando de ejercer violencia se trata, la aplican de modo bastante ígualitario. Y así como masacran a los extraños, a los diferentes, a los supuestamente inferiores, también masacran a los propios, a los iguales. Y casi sin necesidad de odio: "just for fun".

José Pepe Parrot dijo...

Rob:
Cierto.
Ahora que lo pienso me acordé de "Asesinos por naturaleza" y le digo que tiene razón.

Anónimo dijo...

Esto da para hacer dulce para rato.
Hasta en las "infantiles" está metido esto: hace poco, en un viaje de larga distancia en colectivo, pusieron una película de Disney con Matt Damon como protagonista (no recuerdo ni el nombre porque ví los primeros 5 minutos, me asqueó y cerré los ojos).
Resulta que el tipo en cuestión era un periodista, y en cierta escena se burlan de Chavez haciéndolo quedar como una caricatura del tirano cruel y malvado que tiene rencor de los gringos por no ser como ellos.
Desde pebetes ya les bombardean la cabeza, fíjese.

José Pepe Parrot dijo...

Garchots:
Uf, si. En las infantiles està plagado de esas bajadas de línea.
Me acordé de un episodio de la serie "The God Wife" en donde el estudio de abogados de la protagonista negocia con un estudio de abogados que representa a Venezuela. Presentan a Chàvez, de espalda, como un niño malvado y caprichoso. Y los protagonistas repiten cada dos segundos "el dictador"

Jack Celliers dijo...

Si desde chico detesté a un héroe de estos, es a Tarzán. Ver a un pelotudo blanquito en medio de los árboles, un tipo que obviamente está fuera de su medio y al que sinn embargo nativos y animales rinden pleitesía. Yo tenía seis años y no mucha inteligencia, pero me daba cuenta que ese tipo todos los días se ponía una camisa.

Y a partir de ahí es una cosa muy evidente, muy pelotuda: en todas las películas el americano va a cualquier lado y es mejor que los locales. Si va a Japón es el mejor samurai, si se mezcla con los indios es el mejor guerrero, entre beduinos curtidos por el desierto el rubio paliducho la tiene invariablemente más clara. Sobre todo acentuar cómo el americano se gana el reconocimiento en sociedades cerradas, con costumbres ancestrales, donde obviamente al principio ne le darán crédito -y habrá un malvado que intentará perderlo apelando a la defensa de la cultura local-, pero al final el rey (el jeque, el Gran jefe, el poronga de la tribu, que es medio pelotudo y con cara de perro, pero bueno en el fondo) termina reconociéndolo, matando al traidor envidioso (de alguna manera brutal que el noble yanqui no terminará de aceptar, pero bueno, ya aprenderán) y ofreciéndole a su hermosa hija. Pero el rubio tiene que volver con Susan y los niños, y se va (-Adiós Yoni, -Adiós Makulawanga / Toro Agachado / Yamamoto / Abdul) mientras lo saluda toda la tribu (el pueblo, el grupo, la manada de incivilizados) mirando como se pierde en el horizonte, con cara de haber aprendido una gran lección de vida.

Parece mentira que la gente morfe eso, en serio.

No

Jack Celliers dijo...

Ah, otro ejemplo es el forro de sacha baron cohen, un pelotudo al cubo, que hizo su oportuna burla de Khadafi, tipo infinitamente calumniado y de lejos más civilizado que los animales que se le echaron encima, junto con sus empleadores.