jueves, 9 de junio de 2011

EL PERFUME

...
Había una vez un lugar en donde dos señoras paseaban por un coqueto parque, lleno de verde y gente haciendo juego con tanta prodigalidad. Las señoras se cruzan en uno de los recoletos senderos que atraviesan los árboles. Una de ellas aguza el olfato y descubre que usan el mismo perfume. Al percatarse de la coincidencia la señora sonríe y mira a la otra con un gesto de complicidad. Observa la ropa que lleva, elegante, casual, cara, el peinado, el maquillaje apenas insinuado en esa piel tersa a fuerza de cremas y cuidados intensivos. Ve todo éso y se esponja como una gallina: una mujer como esa, semejante señora, usa el mismo perfume que ella. La sonrisa se ensancha y ahora le ocupa toda la cara. Y sigue caminando rumbo a su trabajo, en donde deberá hacer un par de horas extras para pagar el resumen de la tarjeta de crédito que este mes vendrá pesada porque está la cuota del perfume.
La otra continúa caminando con rumbo desconocido. Es tan lindo perderse en las tardecitas de Buenos Aires, hacer algunas compras en el shopping, detenerse en un café y ver pasar a esa ciudad atosigada de apuros varios. Es tan lindo. Y cuando una se cansa de caminar, basta llamar al chofer que espera con el auto.
Las dos votan a la misma persona. Esa que promete mantener a raya a los negros de mierda y limpiar la ciudad para que en el mundo no crean que somos indios, la única persona que piensa en la gente decente, la gente bien, como nosotras, como la señora y yo, que paseamos por el parque al mediodía usando el mismo perfume.

6 comentarios:

Moscón dijo...

La perfecta definición de una mina exclusiva y su caricatura.Ser exclusiva es lo mas chic,ordena el privilegio otorgado a quien corresponde.Excluir para formar parte de lo selecto,aunqaue sea de mentiritas.

roberto dijo...

Lo mismo sucede con señores, no tan
señores que desde sus autos importados maldicen a esos negros
que cortan las calles y no permiten el suave deslizamiento para que las
señoras con los mismos perfumes lo
observen, estamos redeados de seres
creidos angelicales y no se dan
cuenta que ellos también van al
baño y despiden olores no precisamente a perfume importado.
Lo exclusivo deja de serlo cuando otro tiene lo mismo, solo que no
tienen la capacidad de darse cuenta
ya que sus narices están muy pegadas a la cara y el olfato no
les permite percibir aromas mejores.

Estoy esperando los bifocales.

Lo saludo atentamente Don Dormi.

José Pepe Parrot dijo...

Moscón:
Una que si y otra con su falsa conciencia que empuja sus opciones políticas.
Y hay a montones.

José Pepe Parrot dijo...

Roberto:
Los seres angelicales y su mímesis, los dos por el mismo precio pero con efectos distintos.

Por allá anduve.
¿Es que por ventura no han aparecido los bifocales?
Me pondré al día dado que he obtenido una PC que por fin funciona.

Ringo dijo...

Hay otra cuestión muy vinculada a la que planteás en el texto: la distorsión de la memoria, a partir de la distorsión de la conciencia. Mi tía, clase media baja recontrapauperizada en los 90, dice que nunca estuvo tan bien como con Mendez. No se fue a Miami, no cambió el coche, hasta donde recuerdo, no se iba de vacaciones. No fue parte de "los que ganaron". Y, sin embargo, añora aquellos tiempos.
Su madre quiere que vuelvan los militares.
Son personajes de Gasalla que habitan el exclusivo barrio de Parque Chacabuco.

José Pepe Parrot dijo...

Ringo:
Yo lo veo a éso todos los días en el benemérito Roca: una mina que labura como una burra comparte la cosmovisión de los tipos que la juntan con pala.
Y no hay forma de señalarle que esa revista que lleva en la mano es un horizonte fuera de su alcance, pero que legitima aspiraciones que no le pertenecen.