El maestro Alejandro Dolina decía una vez que no siempre el niño que se sienta adelante es bueno. Que de vez en cuando pegarle una patada a la cortina metálica del almacén del Tano era saludable y de alguna y secreta forma eso ayudaba al progreso del universo. Que su propia experiencia le había demostrado que entre los niños buenos que se sentaban adelante y le llevaban manzanas a la maestra se encontraban aquellos que nunca se jugarían su suerte a una baraja cuando fuera necesario poner el cuerpo y apechugar lo que viniera. Había aprendido además que en esos niños buenos anidaba un buchón, un futuro traidor.
De eso me acordé hoy, al leer estas dos noticias.
8 comentarios:
No entendí el mensaje.
Dos cosas: 1) ¿Qué está pasando (en serio) en Mendoza? 2) Yo me acuerdo que cuando yo me quería ratear ninguno de mis amigos me quería acompañar, y yo me rateaba solo, que diablos. Hoy me volví a encontrar con algunos, y no son más felices por no haberse rateado. Y yo, hoy, soy feliz recordando aquellas inolvidables mañanas en la plaza mientras ellos iban calladitos al colegio.
zanata total compañero, no puede haber tantos botonazos juntos...
No sé por qué me acordé de Menem...
PPP:
El Mensaje es que una parte importante de la adolescencia y la juventud consiste en no obedecer, en desafiar esos límites que se nos antojan arbitrarios, y que, por lo general lo son.
El mensaje, y coincide con el de Dolina, es que no siempre obedecer al pie de la letra cada indicación, comportarse de forma previsible, impecable, ser docil ante la autoridad establecida y esos yuyos da por resultado una buena persona. Que un poco de rebeldía es más que necesaria, que Un Mundo Feliz no es un mundo feliz.
De Alguien:
Mire que yo provengo de allá, de Mendoza y la verdad me estoy asustando. Bastante. Siempre fue conservadora pero ahora parece que se complicó mucho más.
Rateandome conocí a personas únicas e invalorables y en pleno despelote dictatorial encontré un refugio en donde un par de músicos jugaban al jazz para que el silencio no los invadiera.
No cambiaría esas ratas por nada.
Manuel:
Demasiados. No sé si los invitaría a un asado. Más bien no. Excepto que se manden una flor de "rata"
Prometeo:
Se acordó bien. El parecido es notable.
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