Un muchacho que viene con todo el entusiasmo del mundo para cambiar el idem, desprovisto de los viejos vicios de la política argentina.
Eso necesitamos, sangre nueva.
¿No es cierto?
Nadie mejor que él, un hombre sin estrenar en la función pública, para combatir el flagelo de la pobreza.
Hay que darle lugar a estos prometedores sujetos, porque con los tipos que ya estuvieron en gobiernos anteriores no vamos a ninguna parte.
Ponele: ¿qué puede uno esperar de uno que ya fue Vicepresidente, Intendente, Legislador, Gobernador y y Presidente? Nada por supuesto.
Confiemos en las nuevas generaciones.
2 comentarios:
Le falto ser presidente de Banfield,nomas y carton lleno. O lo fue?
Quilmeño:
Creo que no. Pero que se armó un tongo con un Bingo para entregarle parte de la recaudación a Banfield, eso sí.
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