¿PARADOJA O PARAJODA?

Como pasa cada tanto los medios "descubren" la pobreza. Viajan a una villa, que es una cárcel a cielo abierto y observan con espanto de recién llegados el crudo panorama de la indigencia y la marginalidad. Aparentan sorpresa, fingen perplejidad y ensayan un gesto desaprobatorio que no termina de convencer a nadie.

Luego se abalanzan sobre las cifras de la pobreza, que son harto conocidas y por desgracia no son una novedad. 

Hurgando en las estadísticas, la periodista también "descubre" otra verdad que ya conocíamos hace tiempo: Argentina produce alimentos para dar de comer al doble de su población. A continuación la señorita o señora, se horroriza porque aún así hay miles de niños que pasan hambre y mueren.

Y hasta acá llega su indignación. 

Sobre la brecha entre pobres y ricos que describe la estadística que trae a colación ni una palabra. Tampoco hay una sola mención sobre la mala distribución del ingreso, otra cosa que queda muy clara por los números que presenta.

Y mucho menos la periodista informa que los alimentos son exportados a otros países mientras acá los pibes se mueren de hambre. No nos cuenta que los formadores de precio elevan artificialmente el precio de los alimentos básicos creando nuevos pobres y indigentes a cada momento. No nos ilustra acerca de la voluntad de los "ruralistas" y el "campo" de obtener los mismos márgenes de ganancia en el exterior y en el mercado interno (el famoso lomo a 80 pesos).

Tampoco dice nada sobre la enorme extensión de campos dedicados a la soja que ha desplazado el cultivo de alimentos básicos para la canasta alimenticia.

Como dice Diego Chichizola de Pelota de Trapo es el hambre inexplicable en un país hecho de pan. Pero el hambre es un crimen y tiene responsables con nombre y apellido. 

Esto es algo que otra vez, la periodista evita decir. Como tantas otras cosas.