La jerga florida de este señor no debe ocultar sus intenciones: indicar con toda precisión que el trompa tiene que tener manos libres para hacer lo que quiera. Que a lo sumo está más o menos obligado a garpar una indemnización. Pero nada más.
El laburante está para jorobarse. Guay de él si se le ocurre organizarse y amenazar la paz social.
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Acordate, los últimos serán los primeros. Ja.
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