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miércoles, 7 de marzo de 2012

SIGUE EL FESTIVAL MINERO

Si la cordillera les estorba, ponele, le metemos C4 y chau. Y si hace falta desviar un río, lo desviamos. Total, hay tantos que uno ni se nota che. Mucho más en Mendoza que, como todos saben, es una provincia con tal profusión de agua que carcajeate de Venecia.
Por otra parte, acá hay un instrumento que muy bien no se sabe para qué cuernos es, pero permítanme sospechar cuál será su uso.

lunes, 20 de febrero de 2012

GIOJA PRÓCER

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¿Cuándo fue que Gioja se transformó en un prócer? Porque resulta que ayer nomás, escuché por lo menos a cuatro personas en los medios de difusión (que no son de la corpo, ni del multi, ni de la opo) defendiendo a José Luis Gioja, citando con fervor sus dichos y poniéndolo en un altar.
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Y yo no sé si hablamos del mismo Gioja, porque yo lo tengo fichado desde la época de Carlos Saúl I Rey de las Pampas Chatas, no en uno sino en varios asuntos non sanctos por los que nunca fue molestado. Entre ellos, impulsar y llevar adelante la hermosa ley minera que nos rige y que nos hace tanto bien a los argentinos. 
Y ya que estamos, esa ley se votó y puso en funcionamiento durante el gobierno del Caarrlos. O sea, mientras funcionaba un modelo que todos (al menos eso decían por acá) aborrecíamos. Resulta que esa Ley sigue funcionando de la misma manera que antes, o sea, con la lógica de aquel otro modelo, pero parece que eso no preocupa demasiado porque mágicamente se transformó (como Gioja) de una mierda que permitía el saqueo de los recursos minerales, en una buena ley que facilita el desarrollo minero y de las provincias "hermanitas pobres".
Debe ser cosa e´ Mandinga m´ijo.

viernes, 17 de febrero de 2012

ECOFASCISTA

Un libro que se ha citado y comentado bastante en los últimos días es "Ecofascismo" de Jorge Orduna. Luego de una atenta lectura del mismo (lo tengo en mi poder desde hace bastante), encontré en ese texto un par de problemas bastante graves: el primero de ellos es que a lo largo de la argumentación se extraen conclusiones forzadas de premisas que no son pertinentes. De esta forma se falsea el análisis transformando supuestos en hipótesis demostradas. Estas peticiones de principio indican relaciones directas que se dan por probadas, pero que no son demostradas a lo largo del libro.
El segundo es que la propuesta del libro es al menos infantil: señala que las entidades que defienden el medioambiente en realidad protegen los recursos para que sean usados por los paìses desarrollados. A lo que el autor replica diciendo que, esos paìses que se cansaron de contaminarse ahora se arrogan el derecho de establecer áreas para conservar. Y al hacer éso no nos dejan contaminarnos a gusto y piacere. O sea, en vez de buscar un esquema superador Orduna reclama el derecho a contaminarnos y lo equipara a la soberanía, que vendría siendo, poder contaminarnos como se nos cante el ángulo obtuso. Ni más ni menos lo que hacen los niños cuando justifican alguna travesura, amparándose en la conducta de otros niños.
Según mi propio y estrecho punto de vista, el libro tiene una debilidad argumental notable.
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Ahora, hay muchos en éstos días que recurren a este libro como argumento para defender la megaminería. Y al hacer éso incurren en una contradicción grave, porque, lo que denuncia Orduna (que los países centrales se reservan los recursos mediante la ecología), o sea, la apropiación de los recursos naturales por parte de multinacionales, es lo que ocurre con la megaminería.
Lo contrario a lo que indica Orduna sería que esos recursos fueran extraídos por empresas nacionales (que según el libro, deben ser autorizadas a contaminar alegremente). O sea ¿en qué quedamos?
Y en general, los que defienden la megaminerìa y Orduna, también ignoran (o fingen ignorar) un hecho central: el reclamo por el ambiente ha virado desde la conservación de lugares o espacios no contaminados a la defensa de los medios necesarios para sostener la vida humana en el planeta (como el agua o el aire). Hay una diferencia entre lo que se hacía antes y lo que se hace ahora y es de muy mala fe confundir los tantos.
El hombre, tal como lo señaló Norbert Elías, vive en un entramado de relaciones complejas, y en ese entramado, el medio que lo mantiene vivo es una condición sine qua non.
La pelea es para mantener las condiciones que permiten la vida, no para perpetuar al Panda.
Por tanto, sugeriría buscar otra fundamentación para discutir el tema de la minería.
Es más, sobre el Ecofascismo hay bastante escrito y de mejor calidad argumentativa.
Respetuosamente, yo.

lunes, 13 de febrero de 2012

ZURDOECOLOGISMO

Mientras me debatía entre ser llamado ecoterrorista o zurdoecologista me acordé de algo, quizás un poco irrelevante, pero que sirve para desgranar algunos comentarios. Allá lejos y hace tiempo recorrí los libros de Arthur Hailey. Era un tierno preadolescente y por ese entonces no me gustaron demasiado. Ahora tampoco. Digo gustaron porque lei al menos cuatro.
Uno de ellos, Apagón, contiene todas las objeciones hechas a la ecología, argumentos que ahora estoy escuchando y leyendo todos los días. Apagón data de 1979, asi que hay sofismas que peinan canas largas y prósperas.
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En el libro Hailey relata la denodada lucha de un ejecutivo del campo de la energía contra varias asociaciones ecologistas que quieren impedir la instalación de algunos proyectos energéticos. Es un puema mire, porque hay ecologistas buenos (ingénuos) y perversos. Entre los perversos incluso hay uno que cita a Lenin. Los ejecutivos son buenos claro, que pensaste.
Y hablando de libros y de ecología me vino también a la memoria otro texto que considero, éste sí, relevante: "Cómo los ricos destruyen el planeta" de Hervé Kempf. Libro con el que acuerdo en muchas cosas y en otras no, que pone el debate sobre un eje distinto. Y de paso uno se entera quién es Thorstein Veblen y su Teoría de la Clase Ociosa.
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Libro que voy a invitar a leer del que solamente dejaré una frase: "La búsqueda del crecimiento material es, para la oligarquía, la única forma de hacer que las sociedades acepten desigualdades extremas sin cuestionarlas. El crecimiento crea, en efecto, un aparente excedente de riquezas que permite lubricar el sistema sin modificar su estructura."

domingo, 12 de febrero de 2012

ECOTERRORISTA

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Durante la última semana me han tratado de canalla, mentiroso, ecologista ingénuo, boludo, utopista sin contacto con la realidad. El más llamativo de los calificativos que me han sido aplicados (con mucho énfasis por algunas personas o que se yo, que ingresan cada vez que hay una discusión sobre megaminería al más puro estilo "troll" munidos de argumentos supuestamente científicos que casi me incitan a tomar un vaso de cianuro: así de impoluto lo pintan los señores), decía, el más sorprendente de los adjetivos ha sido "ecoterrorista". 
Inmediatamente me vino a la mente la película 12 Monos (gran película con el mejor Brad Pitt). Allí, en ese filme, aparece un ejército ecologista que hace cosas como liberar los animales de un zoológixo. Aunque el verdadero peligro está en otra parte como podrán comprobar viendo la cinta (no les voy a defecar en el pochoclo che). Ecoterroristas me dije a mi mismo. Puede pensarse también en los muchachos de Greenpeace interponíendose (con éxito relativo) entre el arpón del ballenero japonés y su blanco (como ahora está de moda atacar a Greenpeace, es probable que aparezcan las disculpas para los balleneros japoneses que esgrimen excusas científicas para exterminar cetáceos).
Ahora hay un montón de gente que "descubre" que Greenpeace tiene ciertos intereses que no son del todo transparentes. Por acá eso ya lo sabíamos. Lo que nos transforma en ¿adelantados?
Bien, pensando en qué cuernos puede ser ecoterrorismo se me ocurrió que el terrorismo siembra el terror para conseguir sus objetivos. Y en función de la ecología, eso sería algo así como alertar de las consecuencias que trae la contaminación ambiental. O sea, aterrorizar a la población para que comprenda cómo es el asunto. Y si, en ese sentido soy un "ecoterrorista". De todas formas mi tarea es más bien facilonga dado los ejemplos (palpables, concretos e irrefutables) que uno tiene a mano. Tengo varios pero se me ocurren dos nombres: Oroya y el Río Loa. Si quiero sembrar el susto y el cagazo, esos dos argumentos son de verdad atemorizantes. Mitad porque lo que se ve es lo que pasó y sigue pasando.
Como ha sido costumbre esta semana, aparecerán con el sonsonete: fueron accidentes o malos manejos y que si por eso fuera deberían haberse prohibido los aviones. Bueno, a otro foro con ésa estratagema porque acá no estamos hablando de esas actividades humanas sino de la minería. Tampoco sirve ese otro argumento que indica (una verdad de perogrullo) que toda actividad humana impacta en el medio. Y si, no hay otra manera dado que vivimos en interacción con el ecosistema ¿en dónde va a impactar entonces? Las dos refutaciones anteriores intentan ampliar el campo del debate para extraer desde allí conclusiones generales falsas (pregruntale a Schopenhauer). No no. Acá esos anzuelos los evitamos.
También descalificar al que habla es inoperante. Nosotros debatimos sobre la contaminación, más precisamente, sobre la contaminación de la megaminería. Desde ya que somos una manga de estulticios.
Y eso me recuerda: tampoco ponemos en cuestión si la actividad minera debe existir o no. De ninguna manera. La minería es necesaria y nadie impulsa prohibiciones a la misma. Pero la megaminería es otro cantar. La megaminería contamina y es económicamente perjudicial (acá aparecerán con cifras y reinterpretaciones de la ley minera para intentar demostrarme que la megaminería en Argentina es el motor del desarrollo de provincias "desérticas" que antes eran hermanitas pobres y así: entre nosotros, siguen siendo hermanitas pobres porque la megaminería no desarrolla una región, porque es una actividad extractiva y el procesamiento del material obtenido, o sea, el valor agregado, queda en otro lugar bien lejano, lugar desde donde luego habrá que traer el material industrializado. También aparecerán detalles del consumo de minerales, cosa bien conocida, pero la trampa está en cuanto al lugar en donde se le agrega valor, que no es acá ni es en las regiones de donde procede el mineral, y también que al regar cultivos se utiliza más agua que una megaminera al procesar oro con cianuro y chicanas tan jocosas como ésta última)
Bien, entonces, decir que buscamos prohibir la minería es otra de los devíos usados en estos días contra mi en particular y contra varios en general. No no, la minería no debe ser prohibida. Pero la megaminería si debe ser prohibida y los métodos que se usan en esa actividad también.
Por lo expuesto.
Recapitulemos:
A saber, hasta ahora los que defienden la megaminería no me han brindado ningún argumento de peso, solo tienen promesas y excusas que rozan lo bizarro.
Del otro lado tengo los efectos de la megaminería en la mano (concretos, palpables, sólidos) y esos efectos me demuestran (pobrecito Hume) que la megaminería contamina.
¿Ves? Al final tienen razón, soy un ecoterrorista.
Pasame un vaso de cianuro: según me ha dicho más de uno esta semana, es santo remedio.
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Nota:
Éstos también son una manga de ecoterroristas que le hacen el jueguito a la derecha, son bancados por TN y quieren la pobreza del interior todo, pobres provincias desérticas. ¡Ojito!

viernes, 27 de enero de 2012

MIRÁ LO QUE SON LAS COSAS

A pesar de lo que dice Gioja, quien ha hecho méritos para ser calificado como nacionalsocialista es él mismo. Por cosas como éstas.
¡Lo que es la memoria Josecito!

sábado, 26 de noviembre de 2011

NO TODO LO QUE ES ORO BRILLA

No sólo es un asesinato ambiental.
Cambiar agua por oro es ante todo un pésimo negocio.
Pero parece que todavía por estos lares muchos siguen creyendo en el poder de los espejos de colores. Mucho más cuando esos espejos tienen color verde.
Y siguen apostando a los milagros de la ciencia (que no es milagrosa por principio) que curarán los males de la codicia, propia y ajena. Cuando una minera se va quedan sólo desechos y un socavón árido. El agua se transforma en veneno y los ríos en cicatrices atroces.
Ya lo hemos comprobado una y otra vez. No es que el rey tenga un vestido que sólo ven los inteligentes, es que el soberano está en pelotas. Y así seguira.
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jueves, 27 de octubre de 2011

SU RUTA

Si no les gustan las reglas de juego, claritas claritas, es cosa de hacer las valijas y hasta loigo.
Pero ninguna empresa se irá. Entre otras cosas, porque la están levantando con pala.
Ese último punto es lo que hay que revisar a la mayor brevedad.
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Que raro, amenazando.
Son todos iguales che.