¡Qué compromiso con la humanidad! ¡Qué amor por la naturaleza!
Quizás, si en vez de perder el tiempo en ritos improbables se hubiera dedicado a ayudar a los perseguidos por el nazismo mediante prosáicos medios diplomáticos, económicos y políticos, algunos miles se hubieran salvado.
Ponele.
Si en lugar de no hacer nada, o sea, jugar al exorcismo cuando miles de sujetos morían bajo las botas de la SS, hubiera aprovechado su investidura de príncipe de la iglesia católica para denunciar, firme y claramente, los crímenes de Hitler, estoy convencido que un montón de personas podrían haber escapado del horror.
Pero no. Era mejor la Isla de la Fantasía.
Y la manga de idiotas que nunca falta, ahora destaca el pretendido exorcismo a control remoto como un hecho loable. Puaj.
...
...
No hay caso. No se puede salir de la Edad Media.