Escribía hace un tiempo (no muy lejano) que la estrategia de Cambiemos en el gobierno era distraer la atención de los orejones del tarro mediante operaciones rimbombantes que desviaran la mirada cada vez que tomaban medidas en contra de los ciudadanos o algún asunto turbio los ponía en entredicho.
Decía también que ese curso de acción requería que el gobierno realizara una acción análoga a la que los torturadores de los Centros Clandestinos de Detención llevaban adelante en el momento de las torturas: elevar el volumen de la radio que tenían en la sala de tormentos para que el sonido tapara los gritos del torturado.
A medida que pasara el tiempo, tendrían que elevar el volumen más y más (los torturadores y el gobierno, que en un punto vendrían a ser lo mismo), porque los alaridos se multiplicarían y ya no sería posible ocultarlos bajo una cortina de ruidos.
Nos preguntábamos allá lejos y hace poco: ¿qué ocurriría cuando la estrategia de elevar el volumen, esto es, multiplicar las denuncias y la estigmatización del gobierno anterior, dejara de ocultar el saqueo sistemático del país que lleva adelante Cambiemos con la complicidad de sus socios del PJ y del FR?
Ayer tuvimos una respuesta para esa pregunta.
Esto ocurrió
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Por tanto hay dos cosas para decir: primero, este gobierno (el de Jujuy, el nacional) es un gobierno autoritario y violento, no le importan las instituciones, ni la constitución, ni los valores democráticos y etc. Segundo: el volumen de la radio ya no puede ocultar la realidad.
La conclusión es ominosa. Concluida la estrategia distractiva comienza la fase represiva en sentido fuerte. ¿Adiviná sobre qué espaldas caerán los palos?