EL SUEÑO DEL PIBE

Acá están los especialistas que tienen que manejar la economía, según expresó el pibe Dujovne hace unos días. Los han puesto para conducir a Grecia y a Italia. Seguro que a esos países ahora les va a ir bárbaro ¿no? Porque si hay algo que un especialista en economía sabe, es lograr la prosperidad para todos los habitantes de un país. Acá por ejemplo, nos hicieron felices a todos. ¡Qué tiempos aquellos!

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Ya se sabe que los economistas formados bajo la advocación de los Chicago Boy´s son unos humanistas bárbaros a los que no les tiembla el pulso a la hora de pedir sacrificios (que ellos no comparten) para pagar deudas que las personas afectadas no contrajeron. Y también estamos al tanto de la alergia que les causa el "gasto público". Condiciones todas éstas que auguran un futuro venturoso para Grecia e Italia.

SE ACABÓ EL ÁGORA

Detrás de la retórica grandielocuente, se esconde la defensa de la corporación política griega que tiene el culo sucio hasta la nuca y se sigue ensuciando un poco más arriba si es posible.

La intención última y prístina (¿dos esdrújulas? fuaaa) de estas medidas es que los griegos que sufren el ajuste, la baja de salarios y la privatización a mansalva dejen de protestar. Esa perorata sobre la democracia y la violencia pretende enmascarar la necesidad del gobierno griego de silenciar las voces que se elevan señalando, con toda justicia, que no están de acuerdo con la violencia, clara y patente, neoliberal.

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Claro, siempre hay alguno que está de acuerdo. Eso también: “Los empleados públicos siempre han sido el cáncer de Grecia, dan grandes pérdidas y ahí se está poniendo mano dura. Toda la vida han tenido ciertos derechos y confort que no deberían tener y ahora les cortaron el chorro. Si bien creo que las medidas no tendrían que haber sido de golpe, es la única manera de salvar a Grecia”.

Siempre exportando calidad nosotros.

ENCUENTRE LAS DIFERENCIAS

Yo no encontré ninguna

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Los dos artículos salieron a bailar pegados en Ambito.

Fuentes acá y acá

EL CABALLO DE TROYA

Curiosas palabras del Primer Ministro griego Giorgios Papandreu. Sorprendentes por la turbia intención de tirar la pelota afuera y hacerse el estúpido como perro que volteó la olla.

Sin duda las manifestaciones no van a sacar a Grecia de la situación en la que se encuentra.  Lo que las manifestaciones dicen con toda claridad es que muchos griegos no quieren pagar los platos rotos de una aventura neoliberal. Los griegos están en la calle para que, al menos por una vez, los que salen con los bolsillos forrados de dólares de cada estafa friedmaníaca paguen por sus delitos. Por eso ocurren las manifestaciones, porque los que pierden son siempre los últimos orejones del tarro y esos orejones tienen una voz y una presencia física, no son nada más que estadísticas.

Papandreu, que se dice socialista, debería saberlo.