miércoles, 12 de enero de 2011

LA SOGA

Una de las verdades básicas que uno aprende cuando comienza a subir montañas es que la soga tiene una resistencia determinada. Que se puede estirar de acá hasta acá, que soporta tal peso, en tales condiciones y que, más allá de esas especificaciones, se corta y uno pasa a transformarse en parte del paisaje. Ningún montañista que se precie de tal desconoce el asunto y cada vez usa una soga sabe que no debe traspasar las condiciones de resistencia de la misma.
La Mesa de Enlace también tendrá que aprender lo que los montañistas saben: no siempre se puede seguir tirando de la soga.
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7 comentarios:

maría cristina dijo...

Querido Dormidano:

Ellos no son montañistas.

José Pepe Parrot dijo...

María:
No. Pero esta metáfora sobre la resistencia de los materiales les cabe como anillo al dedo.
Pueden desconocer el asunto, pero eso no los exime de la caída.

Moscón dijo...

A Buzzi ya se lo empomaron la vez pasada y lo reconoció,y ahora está de nuevo junto a los que se lo empomaron,¿que pasó,le gustó?
Mas que la soga,estos serruchan la rama donde están parados.

José Pepe Parrot dijo...

Moscón:
Buzzi está bailando una danza que no tiene contradanza. Aunque intenta oscilar entre unos y otros, en algún momento deberá decantar en alguna parte. Aunque no lo quiera.

Guillermo dijo...

Alguien sospecharía que se la vieron venir, y se actuó inteligentemente. Ayer, anuncios de créditos para agropecuarios, con tasas que van del 0% (si, cero por ciento) al 8%, según el sector, la liberación del saldo exportable, y el tema del trabajo esclavo dando vueltas….

Cuando falte de todo en los supermercados, tal vez sea un poco más complicado que salgan muchos a decir que paren con el campo, que pobrecito el campo.

Esa cuerda, creo, es la que Dormidano dice, no se encuentra en las mismas condiciones que en las que estaba, cuando se realizó la escalada anterior.

Marce dijo...

Mire Dormi. Cuando fue lo de la 125, yo parecía una antipatria, una hermana de Bin Laden... que se yo.."todos somos el campo" decían, los correos que recibía chorreaban veneno...y me tocó llorar en silencio. Recordar a mi bisabuelo gringo trabajar un campo que no era de él, levantar cosechas que nunca fueron de él, malvivir con 12 hijos y alimentarlos como pudiera. El fué uno de los que empujó el nacimiento de la Federación Agraria en Santa Fe. Cómo me morfé durante esos meses las cosas que decían!Buzzi ni siquiera merece el título de traidor, traidor fué Judas que posibilitó la existencia de un Jesús, voy a darle el título a este tipo de traidorcito, chiquito, infame y cretino.
El gringo quedó enterrado en tierra ajena, y sus hijos nunca más volvieron al campo. La historia querido Dormi, pasa en mi familia de boca en boca, para nunca olvidar.
Un abrazo.

ram dijo...

Estos tipos tienen una idea muy simpática sobre el morochaje que tiene la desgracia de laburar para ellos, según ellos son casi unos animalitos y, obvio, los animalitos no necesitan guita, con una cucha, un pedacito de tierra para que caguen y meen y listo - ah, cierto! - algún hueso o balanceado de vez en cuando.
A mí no me salen las metáforas sogueras, me sale una más primitiva; viendo al tipo éste, llambías (una miss Piggy barbudita) lo veo muy comestible, tierno y seguramente sanito: así que habría que empezar a difundir las virtudes del canibalismo, un "mórfese al trompa", si total los animalitos, digo, los morochos, no son unos gourmets y entre caracú de vaca vieja o de garca saludable mucha diferencia no van a encontrar.
Algún alma sensible dirá que exagero pero, les recuerdo a esas almas sensibles que la "frontera agropecuaria" se corrió gracias a que los abuelitos de los miss Piggy amasijaron a los antecesores de los animalitos morochos; claro, gente fina que no se los morfaba pero pagaba un mango el par de orejas, o las bolas, o la cabeza a los "cazadores".
Tienen un par de facturas pendientes y va siendo hora de pensar en cobrárselas, antes que descubran que también habemos animalitos de piel blanca y ojos claros que sobramos en su paisito de 4 gatos locos y mil millones de chanchos chinos que alimentar. Esos sí, animalitos de dios.