¿
Esto tendrá algo que ver con la
insigne cruzada de Loretta Lynch, fiscal general de EE.UU., que se ha dado cuenta ahora que hay corrupción en la FIFA para el lado de latinoamérica? (aunque para el otro lado parece que no, ponele, con lo que uno podría decir como en el chiste de "
no le toqué un pelo" ¡qué puntería!)
No vamos a caer en
el simplismo de Barcelona (revista de la que uno espera una suspicacia más sofisticada) que se caga de risa de la teoría conspirativa acerca de la reserva moral de occidente apropiándose de la FIFA y por tanto, se mofa de tipos como yo que no creemos en las cruzadas morales.
No estamos diciendo que no haya una corrupción larga, establecida y rechoncha en el fulbo mundial, en latinoamérica y en tantos otros lugares (si dudas quedan pueden pegarse una investigada acerca de
ISL y Horst Dassler, fundador de Adidas, muy europeo él y
sus maniobras tan parecidas a las denunciadas por Lore que, al parecer, no requieren ningún comentario), estamos diciendo que este asunto explota justito antes de que se vote para elegir presidente de la FIFA. Blatter es una porquería (siendo injusto con la porquería que tiene su dignidad), pero, parafraseando a Roosevelt,
tal vez Blatter sea un hijo de puta, pero no es nuestro hijo de puta. Lo que no es un dato menor.
Déjenme que, como en el juego, diga "descónfio"
...
...
Entiéndase que no defendemos a Blatter. Pero de ninguna manera nos vamos a engullir ese supuesto celo por la justicia y la pureza del deporte. Somos chocos viejos (consulte su diccionario de mendocino básico para esclarecer la palabra "choco") y a papá choco con alimento transgénico.
Gracias al lector y comentarista Diego por la inspiración para esta nota