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domingo, 21 de abril de 2013

BILOCACION

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La Bilocación es el don de estar en dos lugares al mismo tiempo. Durante el último cacerolazo, 18A, tuvo lugar un extraño caso de bilocación. El protagonista fue un vecino de Lanús y el suceso llegó a mis oídos por mediación de un amigo que fue convocado como testigo del asunto.
La cosa ocurrió así: el vecino estaba en cama por indicación médica dado que se había pescado una pudrición que lo tenía a mal traer. Desde esa posición asistía vía televisión al concurrido cacerolazo convocado por las redes sociales. El recuadro informaba que la transmisión del Canal 26, el que el señor vecino había sintonizado en ese momento del zapping, era "En Vivo". También el canal aclaraba que estaba emitiendo imágenes "en vivo" desde Lanús, el famoso "Lanús, en este momento" con el añadido de "masiva protesta..." etc.
Entonces el vecino, mudo de asombro, se vio a sí mismo en televisión, saliendo en vivo desde Lanús, participando activamente de cuerpo presente en el cacerolazo mientras, y al mismo tiempo, permanecía en cama presa de una enfermedad pertinaz. Bilocación, fue lo primero que pensó el señor. 
Bilocación decimos nosotros porque no es posible pensar que un canal haya usado imágenes del cacerolazo anterior, el 8N para ilustrar el cacerolazo del 18A, y mucho menos que ese mismo canal declare en pantalla que esas imágenes que pertenecen al 8N están siendo transmitidas "en vivo" desde el lugar de los hechos.
Yo creo que habría que considerar en ese caso algún extraño fenómeno de bifurcación del tiempo y el espacio. Porque la ética de un canal impide que se manipule de esa forma al televidente ¿no?

viernes, 16 de septiembre de 2011

miércoles, 9 de diciembre de 2009

MATAR SIN ROBAR II

Aquello que se conjeturó como una dudosa cadena de coincidencias, parece que algo tiene de cierto.
La gente de Informe Reservado da cuenta de ello en esta nota.
En ella nos enteramos que Mario "El Chorizo" Rodríguez, notorio representante de la Maldita Policía, mantiene una estrecha relación con el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, al que ha "asesorado" en más de una oportunidad.
Un par de párrafos sirven como inquietante pista de algunas cosas que se cocinan en el sur del conurbano.
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"En Lanús todos conocen varios casos de corrupción en donde estaban involucrados oficiales de esa localidad. El caso del comisario Luis Damico, titular de la comisaría de Villa Diamante, su jefe de calle y otro oficial, que fueron pasados a disponibilidad a fines de setiembre de 2009 por integrar una banda de piratas del asfalto.

En ese distrito todos saben que los numerosos desarmaderos de la zona son “bancados” por la policía jurisdiccional quien les cobra “peaje”. Los vecinos señalaron también, y así lo habían denunciado antes de la muerte de Daniel Capistro, que los pibes chorros “matarían a alguien” para sustraer los autos."
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Las conclusiones quedan a cargo de los lectores.

MATAR SIN ROBAR


Los extraños ladrones que matan con un disparo en la nuca, como si se tratara de una ejecución sumaria o mafiosa, o matan para robar un ciclomotor, pero no lo roban o asesinan a una catequista y tampoco le roban el auto son al menos, muy malos ladrones y efectivos asesinos.
Como si el objeto último de su ataque no fuera sustraer un vehículo sino matar.
Uno tiene derecho a sospechar sobre el objeto mismo de estas acciones y sobre la independencia misma de las acciones, su posible relación. Todas ocurrieron en la zona sur: Lanús, Wilde y Lomas de Zamora.
La zona por excelencia de la maldita policía, la que aquel personaje de cabeza de generosas proporciones declaró "la mejor policía del mundo".
Sin abonar teorías conspirativas (aunque hablar de argumentos "conspirativos" sirve para desestimar cualquier mirada que intente profundizar sobre ciertas coincidencias) estamos cerca de fechas de significativa importancia para la Argentina.
Estamos frente a una ofensiva mediática que potencia la inseguridad y cierto estado de caos que, aparentemente, habita en las calles.
A esta altura de los acontecimientos y con varios años de observar y analizar la realidad política, económica y social de la Argentina se me hace complicado creer en casualidades.
Así soy yo.
Desconfiado.