miércoles, 9 de diciembre de 2009

MATAR SIN ROBAR


Los extraños ladrones que matan con un disparo en la nuca, como si se tratara de una ejecución sumaria o mafiosa, o matan para robar un ciclomotor, pero no lo roban o asesinan a una catequista y tampoco le roban el auto son al menos, muy malos ladrones y efectivos asesinos.
Como si el objeto último de su ataque no fuera sustraer un vehículo sino matar.
Uno tiene derecho a sospechar sobre el objeto mismo de estas acciones y sobre la independencia misma de las acciones, su posible relación. Todas ocurrieron en la zona sur: Lanús, Wilde y Lomas de Zamora.
La zona por excelencia de la maldita policía, la que aquel personaje de cabeza de generosas proporciones declaró "la mejor policía del mundo".
Sin abonar teorías conspirativas (aunque hablar de argumentos "conspirativos" sirve para desestimar cualquier mirada que intente profundizar sobre ciertas coincidencias) estamos cerca de fechas de significativa importancia para la Argentina.
Estamos frente a una ofensiva mediática que potencia la inseguridad y cierto estado de caos que, aparentemente, habita en las calles.
A esta altura de los acontecimientos y con varios años de observar y analizar la realidad política, económica y social de la Argentina se me hace complicado creer en casualidades.
Así soy yo.
Desconfiado.

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