La liviandad con la que afirma hechos que no han sido probados (y, me animo a decir, jamás lo serán) es bochornosa. La manera en la que involucra al país en donde dice vivir (Argentina, creo) en una conspiración para que "el régimen iraní dispusiera de armas de destrucción masiva" es vergonzosa. Máxime cuando no posee evidencias que confirmen lo que dice y el lector se debe atener a la supuesta autoridad con la que habla.
En ese sentido, no puedo menos que recordar las "armas de destrucción masiva de Irak" que tipos como él ayudaron a crear y que además provocaron una invasión seguida de genocidio.
Es llamativo además el modo en que argumenta de forma tal de aplaudir la sagacidad de Obama Bin Laden al pactar con Irán y defenestrar (otra vez y van..) el acuerdo Argentina-Irán en torno a los acusados del atentado a la AMIA (insisto, acusados, porque Romancito tiene la puta costumbre de establecer culpabilidades que no han sido demostradas jurídicamente).
Es que nosotros, argentinos K, tenemos malas intenciones y pésima conciencia. En cambio Obama es un humanista desprovisto de tales atributos que hace todo para salvaguardar a la humanidad de países como Irán, Uruguay, Venezuela, Argentina y Cuba,
Grande Romancito.
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Si necesitábamos alguna evidencia acerca del paso del periodismo de investigación al de operación, acá la tenemos in extenso.