lunes, 16 de noviembre de 2015

"Os he dicho lo suficiente para despertar vuestros recuerdos. Mas, por los dioses, que estas cosas no lleguen a verificarse nunca con demasiada exactitud. Porque no querría yo que nadie, ni aún siendo digno de la muerte, sufriera su castigo con daño y detrimento de nuestra ciudad."

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En principio hay que decir que ninguno de los dos es Demóstenes. Cosa que queda en evidencia sin que yo deba abundar sobre el punto. Hablando de Demóstenes, el título del post está tomado del "Segundo discurso contra Filipo", pieza de retórica que más de uno debería leer y leer y volver a leer.
Luego es necesario indicar que el debate no tuvo demasiado vuelo argumental. Lo dicho ya había sido dicho y repetido por todas partes. O sea, no hubo novedad en este punto.
Lo novedoso, lo que apareció por encima de las palabras -que esta vez como tantas fueron una excusa- fue una actitud, eso que en estos lares solemos llamar con una definición taxativa: lo latente. Aclaremos, en todo hecho social existen por lo menos dos dimensiones que se autocontienen: lo manifiesto, lo que está expuesto a simple vista, lo que se puede aprehender en superficie, lo que transcurre como objetivación inmediata y lo latente, aquello que discurre bajo del discurso de superficie, que no se expone pero se dice de una u otra forma.
Las formas de Mauricio Macri ayer dejaron en claro quién es por encima de las palabras New Age y el pretendido discurso light: un porteño soberbio, unitario reloaded, petulante y pagado de sí mismo. Montado en un resultado que postula inevitable se abandonó a sus verdaderos impulsos, a las formas que su entrenamiento intenta ocultar y lo vimos actuar sin la mediación del Dr. Jekyll. Lo cual fue una experiencia notable. Porque uno sabe por experiencia e hinchapelotéz que eso que mostró en los primeros bloques del debate y que luego trabajosamente intentó recubrir es lo que es, pero no se le había escapado frente a tantos televidentes. Supongo que más de uno tiene que haberse sorprendido porque estaban acostumbrados a la retórica Heydi y de repente tenés frente a vos a un insoportable canchero de La Biela. Por supuesto, el electorado de la ciudad autónoma que lo apoya tiene que haber aplaudido esta postura sobradora. Pero no todos los televidentes son votantes de Macri en CABA. Digamos que lo de Prat Gay cagándose en el interior es al parecer, moneda común en el PRO. Y la soberbia que suelen endilgarnos la tienen en el ADN.
Por tanto creo que el debate sirvió. Y mucho dado que por fin pudimos ver a Macri tal como es y no como intenta venderse. Y eso dicho por sus actitudes y no por las palabras a las que recurre para camuflarse. No se pudo ocultar esta vez. Y muchos se dieron cuenta. Espero que los suficientes.
Párrafo aparte merece el comentario de Gabriela Michetti replicada por Andrea Recúpero (apellido que me cercenó la posibilidad de usar "recuperó" en el texto):
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Es genial.
Tan genial como la placa del Canal 13 en cuanto al ganador del debate:
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Ni Buster Keaton podría hacer algo parecido
Por otra lado, uno no puede señalar a un ganador o perdedor del debate porque es parte interesada. Pero puede leer en Ámbito estas declaraciones de Guillermo Montenegro. Es casi lo mismo.
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Para otro debate dejamos la imparcialidad de los moderadores: más que nada la del tartamudo intelectual Marcelo Bonelli que no logra distinguir la Facultad de Derecho del estudio de TN en donde inyecta veneno día a día.
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Si uno repasa lo que dice Unicef no puede corroborar lo dicho por Bonelli. Es más, lo dicho por Unicef contradice a Bonelli. Pero para Madcelo eso es un detalle.
Para el final me reservo algo que a mi particularmente me molesta: la afectación del lenguaje que denota el agregado de una "s" al final de un verbo. Macri lo usó por lo menos en dos ocasiones: "vinistes" y "dijistes". Cada vez que escucho a un palurdo usar estos giros recuerdo una frase del prólogo del libro de Adolfo Bioy Casares, "Diccionario del argentino exquisito": "El mundo atribuye sus infortunios a las maquinaciones y conspiraciones de grandes malvados. Entiendo que subestima la estupidez" 

5 comentarios:

ram dijo...

Dormi, sea sincero, ¿era estrictamente necesario recurrir a estas luminarias del pensamiento sub-diferencial?

José Pepe Parrot dijo...

Ram:
Es un trabajo sucio pero alguien tiene que hacerlo.

Carolina dijo...

Concuerdo; otro mérito, Macri hace que Scioli parezca un estadista.

Anónimo dijo...

Y pensar que algunos de estos dos va a ser el presidente de un pais.Y encima del nuestro. Doble desgracia. No mas de escucharlos hablar me da vergüenza. No me los quiero imaginar hablando en un foro internacional. Cristina, volve pronto!

Anónimo dijo...

El impresentable, ademas de no saber hablar (que no seria tan importante si no fuese que quiere ser presidente y ahi si que es importante) se hizo el canchero!.Que tipo caradura!