Hay, en el mundo de los lugares comunes, lugares comunes “cultos”. Cliches que sirven para posar como mujer u hombre de cultura, signos que le indican al mundo (al mundo que cree en el poder de los lugares comunes) que uno ha abandonado ese transitado universo donde ahora moran todos aquellos espíritus no refinados que siguen morfando pizza Hugui´s.
Así, alguien que aspire a pertenecer a la elite que se amontona en el BAFICI tiene que adoptar algunos hábitos que le conferirán esa pátina de vanguardia en cierne que tanto impresiona a los incautos.
Los que de verdad se meten en honduras culturosas no pierden tiempo componiendo una apariencia. Muchas veces incluso, el “look” de los que nadan en aguas profundas no nos alerta acerca de la búsqueda empecinada que ocupa la existencia de ese sujeto.
En cambio, aquellos que con esmero se cubren de símbolos que camuflan su trivialidad, suelen pasar por cultos y tienden a ocupar puestos en la administración pública, como no podía ser de otra manera, en áreas relacionadas con la cultura.
Así estamos.
3 comentarios:
Excelente reflexión!!!
Eh,viejo,los culturosos son mayoría,casi una patota,mire.Hay que respetar los principios democráticos.
¿Un hipster es un culturoso? Es por todo eso de la cultura de lo estético y bleh. Que se curtan...
Cordialmente,
Yo.
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