Esa leyenda (que se ha transformado en sentido común) que indica que el liberalismo (o el neoliberalismo) viene a arreglar los despelotes que deja el estado de bienestar (o social democracia o lo que sea) es éso: una leyenda.
En general la historia es justo al vesre. El liberalismo hace los quilombos y luego tiene que venir la sociedad y el estado, en forma colectiva, a arreglar el asunto. Una vez que la cosa comienza a solucionarse, vuelve el liberalismo a tratar de usufructuar ese esfuerzo mancomunado y desviar los beneficios hacia el sector que concentra la riqueza.
Cuando eso pasa, se vuelve a armar la fat.
Esa abyecta apelación a que la economía la manejen "los técnicos", que la política "distorsiona" al mercado y toda la verdura podrida que sale de esos templos del neoliberalismo llamados facultades de ciencias económicas, solo busca propiciar y legitimar un saqueo: el que pretenden ejecutar los liberales ahora que la vaca está más gorda.
A otro can con ese fósil mis queridos friedmaníacos.
2 comentarios:
Mire, dormi, lo suyo es solamente una malsana perspicacia, además de falso, por supuesto. Permítame que lo ilumine con un datito actual, hace poco hubo problemas en Libia, bueno, ahora las fuerzas del mercado están arreglando todo, resucitan los muertos, cosen a los heridos, cirugías estéticas para los mutilados y, obvio, el petróleo para sus "legítimos" dueños.
El libre mercado lo hizo y usted que sigue incrédulo. Una lástima.
Lo curioso es que en otras latitudes nadie se dice "liberal" y propone la destrucción del Estado. No sólo es una leyenda. Es una mentira y muy local. En Dinamarca viví en tiempos en que el partido mayoritario era el partido liberal (llamado "Venstre"). Por más liberal de acá o de allá que fuera, el Estado nunca dejó de dirigir ni de garantizar la seguridad social, la educación ni nada que sea competencia del poder político. Así que no dé más cabida a las zonceras.
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