Este párrafo corona uno de los artículos más reaccionarios de Rolando Hanglin.
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El problema no es lo que escribe Hanglin, sino el estruendoso aplauso de un montón de giles (que no son pocos) que aprueban este tipo de discursos, y en particular, creen que Hanglin es un tipo ingenioso (para luego quejarse de la educación argentina).
Ese maldito sentido común elaborado en base a prejuicios y conclusiones prestadas. Un imaginario que Hanglin pone a disposición del reaccionario que responde con un enfático movimiento de cecera y un potente "-Si señor, es así".
De pensar ni hablemos, claro está.
PD:
Entre nosotros y de pura calentura nomás: Hanglin, antes de hablar del Che Guevara tenés que hacer cabalgar a la estatua ecuestre del General Julio Argentino haciéndole cosquillas al caballo con una pluma de unicornio. ¿Ta claro no?
2 comentarios:
¡Que desorden que hay en la estancia!Esto no va mas,si o si debemos asesorarnos con nuestros padrinos abusadores para que nos preparen un par de capangas para ahogar el kilombo.
PD:Que buena que estaba la hermana,en su tiempo le hubiera dado bomba hasta gastarme el perno.
¿Nada más que 36 manifestantes? ¡Pero páselos por arriba con el auto, hombre!
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