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El día 2 de enero de 2003, en el paraje Pirapey en Paraguay, el niño Silvino Talavera de 11 años "se dirigía con su bicicleta hacia su casa, en compañía de su primo, llevando en un bolso de mandados un gran trozo de carne y un poco de fideos para la preparación del almuerzo familiar."Silvino y su primo Gabriel se cruzaron con el sojero Hernán Schlender Thiebeaud, quien se encontraba fumigando sus plantaciones de soja. Justo en el momento en que el niño cruzaba frente a la máquina fumigadora, Schlender activó el dispositivo de la máquina y, literalmente, bañó a Silvino con el herbicida, así como a la carne y los fideos que portaba en su bicicleta. Gabriel pudo esquivar el chorro y aunque también aspiró el veneno no le ocasionó los mismos daños que a Silvino. Una vez en su casa, la madre preparó el almuerzo con los comestibles que había traído su hijo del pueblo."
Unas horas después "varios miembros de la numerosa familia de Petrona comenzaron a sentirse mal, con náuseas, vómitos y cefaleas. Pero la peor parte se la llevó Silvino, no sólo por el hecho de haber estado directamente expuesto a los herbicidas sino también por haber inhalado el líquido en el momento en que fue “fumigado” por Schlender."
Petrona, la madre de Silvino y "su hermana Sofía, por aquel entonces de 12 años, y sus hermanos Nicolás de 19 y Justiniano de 9, entre otros más, fueron internados en un centro materno infantil de la localidad de Pirapey, en donde los médicos tratantes les diagnosticaron un cuadro de intoxicación grave causada por agrotóxicos."
Pero éso no fue todo:
"Al cabo de unos días, y al comprobarse que Petrona y sus hijos mejoraron ostensiblemente, volvieron a su casa, pero el 6 de enero, nuevamente, el otro sojero condenado, Alfredo Lauro Laustenshlager Jaroszuk, volvió a realizar fumigaciones de sus cultivos de soja, localizados a escasos 15 metros de la casa de la familia Talavera."
¿El resultado?
"El debilitado organismo de Silvino ya no pudo resistir. Nuevamente varios miembros de la familia, incluyendo por supuesto a Silvino, fueron ingresados al nosocomio de Pirapey. Cuando los médicos comprobaron que el cuadro del niño empeoraba con el transcurrir de las horas, sugirieron a Petrona trasladarlo hasta el Hospital Regional de Encarnación, en donde al día siguiente falleció."
Schlender y Laustenshlager fueron condenados a dos años de prisión y al pago de una multa de 25 millones de guaraníes cada uno (más o menos 20.000 pesos argentinos por cabeza).
Una condena irrisoria y una multa ínfima.
Algo así dicen que es la justicia.
Marca el calendario de festejos que hoy es el Día del Niño.
Por eso no quería olvidarme de Silvino y de los cientos de Silvinos que no serán felices hoy siendo niños.
Sobre todo cuando algunos de los que reclaman un sol para los chicos siguen construyendo eclipses.
Fuentes:
2 comentarios:
Terrible historia, Dormi...
Cómo terribles son las muchas historias de chicos y adultos afectados por el glifosato, especialmente vecinos de plantaciones de Entre Rios.
Quizás los hijos de los sojeros con la extensión de la American Expres Dorada de papi,muestran abnegada labor lavando pajaritos empetrolados en el golfo de México.
O utilizando el plástico para cortar una gruesa raya.
Pero son elucubraciones mías,de puro odioso emberretinado.
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