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sábado, 19 de septiembre de 2015

ZURDAS

Dando vueltas por Interné me atropellé esta vieja publicidad de Austral de septiembre de 1970. No hace falta que la comente, léyanla numás.
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¿Qué me contursi?

miércoles, 1 de octubre de 2014

AL BORDE DEL INADI

No hay caso. No pueden vender sus porquerías sin recurrir a la agresión sistemática. Que linda la publicidad ¿no?
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Para más datos, la susodicha bazofia está en el hall de Consti. ¿Cachai?

jueves, 26 de junio de 2014

jueves, 5 de septiembre de 2013

REDUCTIO AD ABSURDUM

  
La buena noticia es que viene Paco de Lucía a Buenos Aires. Si me preguntás, entre tanto paquete importado que viene a recaudar sin mayor esfuerzo, la presencia del guitarrista es, vaya metáfora gastada, aire fresco en la abigarrada escena porteña.
Lo que no comprendo es la promoción que consta en el ángulo superior derecho del afiche de marras. Por varios motivos, pero más que nada porque es un reduccionismo absurdo. Y no porque Paco de Lucía no sea un enorme guitarrista flamenco, sino porque es tantas cosas más que esta burda definición de un publicista que apenas sabe manejar google ofende por su miopía.
Paco de Lucía -y a los que pasan por este blog a diario no se los tengo que explicar- ha incursionado en casi todos los estilos musicales, estampando en todos su particular visión de la guitarra. Sin duda la impronta que domina su arte es el flamenco, pero quien lo haya escuchado al menos una vez (recomiendo al publicista falto de imaginación buscar "Friday night in San Francisco" en donde Al Di Meola, John McLaughlin y Paco de Lucía acometen con sus guitarras un concierto épico en donde se mezclan estilos y ejecuciones distintas) sabe que además de flamenco, Paco de Lucía se pasea por todo el abanico musical con su guitarra como si tal cosa.
Promocionarlo diciendo "El mejor guitarrista de flamenco del mundo" es ofensivo. Y no hace falta. Simplemente con poner "Paco de Lucía" alcanzaba y sobraba. 


jueves, 21 de febrero de 2013

CRUEL EN EL CARTEL

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Nada más cierto.
Por la plata danza el primate.
Porque, a pesar de todo, sigue apoyándolos.
No le importó esto ni esto.
Y sigue sin importarle.

martes, 25 de diciembre de 2012

miércoles, 8 de agosto de 2012

SEÑORA VIOLENCIA

Dice el calendario comercial (mucho más riguroso que el gregoriano) que el próximo domingo es el día del niño. Aceptemos que la cosa sea así, no es el objetivo de estas reflexiones discutir la legimitidad de una celebración determinada. Hoy las neuronas van por otro sendero, no menos tortuoso.
Resulta ser que, dada la naturaleza del agasajado, o sea niños, se acostumbra regalar a los mismos juguetes. Y esos juguetes, mercancías al fin hasta que caigan en manos de los pibes y a lo mejor tengan algo de magia, son promocionados mediante una profusa y machacante publicidad. En todos lados, en todas partes, en cualquier soporte, a cada momento del día. Y los cañones apuntan al centro mismo del deseo de los pibes. La publicidad los alcanza de lleno, sin piedad alguna.
Me dirán que para todas estas fechas, Día de la Madre, Día del Padre, Día del Mondongo, etc., pasa lo mismo. Si claro, chocolate por la primicia. Pero hay una diferencia. Los adultos pueden procesar con mayor prudencia los mensajes publicitarios. Tienen (uno supone) mayores defensas para evitar que la andanada los deje culo pa´rriba. Como ya carga con un recorrido importante en la sociedad de consumo, el adulto posee herramientas para sopesar la agresividad de la propaganda y tamizarla bajo parámetros más razonables, menos acríticos. Los objetos son objetos y un adulto debería saberlo, aunque el gesto de regalar y agasajar a un sujeto en particular sea legitimado como un acto de reconocimiento, nadie supone que la no posesión de lo que la publicidad declara como imprescindible acarree mayores inconvenientes.
En definitiva, el truco de marketing que establece que, o se tiene determinado objeto o no se es nada, que la felicidad depende de tener un lavarropas con carga horizontal, un peinado perfecto, un teléfono con cámara infrarroja, etc., es recibido por los adultos con un cierto escepticismo, con cierta resistencia (no toda la resistencia que uno espera pero algo es algo).
En cambio un niño no tiene esas defensas desarrolladas. Está inerme, su indefensión frente a la publicidad es un axioma que los marketineros de todos los pelajes conocen y explotan, lanzándole con persistente perversidad sus mensajes de venta.
Entonces, dicen los señores publicistas, la felicidad es igual a tener esa muñeca, aquel auto, ese videojuego, etc. Por tanto, ser feliz es igual a tener objetos. Y no cualquier objeto, el objeto que se postula como portador de felicidad. La felicidad, además, no está en el juego, en jugar, en el disfrute serio de la actividad lúdica: la felicidad está en el juguete. Su posesión te hace feliz nene. Y si no lo tenés no sos feliz. Si no lo tenés, de alguna forma dejás de existir. No sos. Sos un niño que no será feliz porque no tiene el juguete correcto, el adecuado, el que manda la publicidad.
En mi barrio a esto se le llama violencia. Violencia simbólica para más datos. Una violencia insidiosa, que se camufla bajo la forma de mensaje publicitario. Que los niños incorporan sin filtro alguno y de la que no pueden defenderse. Porque, aunque apaguen la TV, serán alcanzados de una u otra forma por las exigencias de la sociedad de consumo.
Y esta violencia además, acota el significado del acto de regalar: regalar es de alguna forma ofrecerse, dejarse de lado, suspender la centralidad del ego para darle paso al otro como un sujeto de afecto, de amor. Al cifrar en ciertos objetos la validez de un regalo, el gesto humano se subsume bajo el acto de consumo, de compra-venta.
El regalo no pone al otro en el centro de nuestro amor. Al contrario. Como en cualquier transacción, se pretende adquirir el afecto del otro usando la mediación de un objeto legitimado como portador del gesto. O sea, el gesto del regalo se desplaza del sujeto al objeto. No es el gesto lo que importa, es el objeto. Y si el objeto no es el correcto, el gesto no vale gran cosa.
Los que elaboran publicidad para niños lo saben. Bombardeados como están, los pibes esperan de los adultos esos objetos-gesto. Sea quién fuere su portador.
O sea, la esencia de la violencia, la ética central de la sociedad de consumo, objetivada y difundida a los cuatro vientos.
Así nos va.

domingo, 11 de marzo de 2012

LO SOSPECHABA

Claro, no hay más que mirar en la naturaleza: ella, tan sabia como es, nos ofrece millones de botellas PET, como puede comprobar cualquiera que recorra la reserva oncológica de La Costanera Sur en donde podremos observar cómo, con la invalorable colaboración de la desidia humana, la madre tierra expone botellones, botellas y botellitas de todo calibre y color.
Además, basta que uno agarre una naranja ponele, o un mango (fruta no guita) y le meta un tarascón para constatar que adentro tiene una mezcla que contiene casi la mitad de calorías que sus principales competidoras y hasta menos calorías que una manzana. ¡Jodete Steve Jobs!
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jueves, 15 de diciembre de 2011

IMPACTO PUBLICITARIO

Es tan efectiva la publicidad ésa de "si la inflamación no se va, el dolor vuelve" que uno, por suerte, termina olvidándose del producto que promociona. Venganza poética se llama.

CONTRAOFENSIVA

FÍLMEME, LE ESTOY SONRIENDO
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AYÚDEME, ESTOY PARA PREGUNTARLE

miércoles, 22 de septiembre de 2010

¡QUÉ OPORTUNIDAD DESPERDICIADA!

"Dejan de ganar 80.000 millones al año al no explotar la privacidad". ¡No hay derecho!¿Dónde está la libertad de empresa? ¿La privacidad del usuario? Que se joda el usuario. Para éso es usuario, para que lo explotemos.
Porque "la red es demasiado barata" ¿entendés?, por éso "es necesario empezar a rentabilizar mejor las webs que ya existen porque sólo una minoría está dispuesta a pagar para que no le moleste la publicidad".
 Si, leyiste clarito clarito: pagar para que no te moleste la publicidad. Esto vendría siendo una extorsión.
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Se viene el Sudoructo, yo te aviso.