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martes, 7 de febrero de 2017

¿CÓMO SE DICE SORETE CAGÓN CORRUPTO EN ARGENTINO?: CGT

Ya lo sabíamos
Pero lo volvemos a decir
...
...
Conjeturamos hace algunos días acerca de la marcha y el posible paro propuesto de la CGT como amenaza, indicando que establecer como fecha posible de ambos dos el mes de marzo era una invitación al gobierno de los sociópatas de Cambiemos para negociar. Negociar en el lenguaje putrefacto de la CGT significa obtener algunas ventajas de orden corporativo y más que nada personal a cambio de resignar cualquier protesta. 
El insigne titular de la Unión Tranviarios Automotor, Roberto Fernández, uno de los más repugnantes miembros de esa cofradía, lo confirma antes que todos. No por nada brindaron con Macri, celebrando pertenecer a la misma caterva de cretinos.

miércoles, 22 de agosto de 2012

ALCEN LAS BARRERAS

Esta mañana, ni bien ingresé en las catacumbas en donde remo cual galeote para comer día a día, me encontré con una discusión al menos bizarra. Para ser exactos, el debate tenía lugar en el salón que sirve para tomar un café, almorzar, etc. y que tiene como ventana al ¿mundo? un televisor de no sé cuántas pulgadas que, por obra y gracia de manos anónimas, casi siempre está sintonizado en TN.
Allí, muchos laburantes como yo, que viajan en tren, en subte, que traen el almuerzo en simpáticos tupper, que cuentan monedas para comprar un alfajor, que buscan descuentos para comprar sánguches de milanesa, que apenas llegan a fin de mes arañando las paredes que ayer se han levantado, ellos, polemizaban acaloradamente sobre este asuntejo de levantar las barreras de los countries y derrumbar sus muros. El tono de la charla era cuasi violento, con argumentos en contra y a favor (la mayoría en contra, hay que decirlo).
A mi, por ser quien soy, la cosa me interesaba poco y nada. Digamos que si en mis manos estuviera, hace un rato largo que no habría ni muros, ni barreras, ni guardias de seguridad (una vez vi un cartelito en uno de esos antros del confort que decía "Prohibido Pasar - Guardias Armados - Cuide su Integridad") Es más, no habría barrios privados ni countries. Así como tantas cosas. Por eso es que no soy político yo ¿quién me aguantaría?
En eso estaba, pensando que tenía que ir al baño para evitar charcos incómodos cuando uno de los caballeros de la mesa redonda me increpó a cara de perro y me preguntó: "-Y vos, que sos medio zurdito, ¿qué pensás de este asunto?" dijo el exaltado al tiempo que completaba la consulta con una serie de acotaciones como "-No puede ser", "Primero no te dejan comprar dólares y ahora ésto"-Esto es comunismo",  "-Nos falta Chávez y somos Venezuela" y "-Si quieren zurdos que se vayan a vivir a Cuba".
Sabiendo que mis declaraciones serían atacadas con todo y armada inglesa, puse cara de boludo (cosa que me cuesta poco, bueno es admitirlo) y pregunté con toda la inocencia que me fue posible: "-¿Cuántos de Uds. viven en countries o barrios privados?".
La contrapregunta causó un profundo silencio.
Una se animó a retrucar: "-Bueno, yo no, pero tengo una prima que vive en Pilar en el countrie..."
Objeté: "-No, parientes no. Pregunto por los que están acá".
Otra vez silencio.
Con aire de quien ha desmontado una trampa peligrosa dejé caer un comentario final:
"-¿Entonces, por qué se preocupan?"
Este triunfo retórico tan rápido, posibilitado por la impericia de los oponentes (me hubieran podido refutar de muchas formas, pero para eso tendrían que conocer esas argucias lógicas que el bueno de Schopenhauer volcó en el librito de estratagemas para tener razón) me dió tiempo para tomar con tranquilidad mi café y pensar en serio en el tema.
Pensé que la sociedad está lo suficientemente enferma como para defender que algunos, los que tienen cómo, vivan encerrados "a salvo" de sus semejantes. Debe ser profunda la herida que portamos a cielo abierto para que muchos estén dispuestos a justificar estas situaciones que objetivan la brecha entre pobres y ricos de manera dramática. Por un lado, la seguridad como bandera que se impone mediante ese discurso de un mundo de sensaciones y por el otro, el concepto de poder de Poulantzas vivito y coleando mezclado con el asunto de los aparatos ideológicos mentados por Althusser y la potencia del habitus postulada por Bourdieu. En vivo y en directo frente a mis fauces rendido un león.
Y como buen refutador de mi mismo que soy, pensé cuánto de ésto está metido en mis propias apreciaciones del mundo. Debe ser bastante porque alguna vez confundí libertad de empresa con libertad. Aunque de esos berretines me curé hace mucho y a fuerza de palos y gases lagrimógenos.
PD:
Faltó en el comentario anterior mentar el sagrado derecho de propiedad que convierte a unos en dueños de otros, apropiándose de espacios colectivos que se evaden al disfrute público, o sea, se expropian (que lindo usar esa palabra contra sus cultores). Y llegó Don Constantini para recordárnoslo, como es debido, manga de troscovitas.