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martes, 29 de noviembre de 2016

ACLARACIONES QUE OSCURECEN

Ayer informábamos, en consonancia con varios y con la misma estupefacción, sobre la cláusula no publicada del acuerdo entre los movimientos sociales (en minúscula, se lo ganaron) y el gobierno de Cambiemos.
Desde que la información apareció los firmantes e impulsores del acuerdo no han hecho más que dar explicaciones. Explicaciones que, como el mítico refrán, más que aclarar, oscurecen. Por ejemplo, el descargo de Leonardo Grosso:
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Leamos con cuidado. Dice Grosso que la cláusula sobre suspender la movilización no tiene plazo. O sea, pueden ser tres años, cinco años, diez años o un siglo. Pero inmediatamente y a continuación indica que "está referido a una serie de movilizaciones que estaban organizadas al otro día para que se trate la Ley, en el puente Pueyrredón y en todo el país ollas populares."
Veamos, dijo un no vidente.
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Tiene razón Grosso. no está especificado el plazo de tres años. Pero así como no está estipulado el plazo de suspensión de la movilización tampoco dice que la suspensión de protestas se refiere solo a esas movilizaciones que señala Grosso. Entonces, como no está especificado que el acuerdo se refiere solo a esas movilizaciones, ocurre lo mismo que con el plazo de suspensión de protestas: se extiende al infinito.
Luego se encarga de chicanearnos diciendo que estamos mal informados, sesgados y cosas por el estilo. Si me preguntás a mi, no veo lo que él dice. Si, un montón de apelaciones a ver el bosque por encima del árbol y lugares comunes por el estilo, pero nada más.
Luego tenemos a Juan Abal Medina, retomando los argumentos de Grosso:
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De nuevo el asunto de que la suspensión de movilizaciones solo se refiere a las próximas actividades. Bueno, lo mismo que le respondimos a Grosso. Eso no está especificado, ni siquiera tácitamente. Por lo tanto, si no está detallado, la suspensión de actividades se extiende a todas las protestas y, tal como dice Grosso, si el plazo de tres años no está fijado, entonces se refiere a la suspensión de todas las actividades por tiempo indeterminado. ¿Ves para qué sirve el análisis del discurso? Luego Abal Medina chicanéa y ataca, y se da el gusto de hablar de "la unidad del campo popular" luego de haberla dinamitado con el acuerdo.
Veamos el articulete en cuestión, para refrescar la memoria
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¿Leen ahí alguna especificación acerca de cuáles son las movilizaciones y protestas que se suspenden? No. Porque no está. Grosso y Abal Medina intentan aclarar pero solo oscurecen.
Los dos y varios señalan con el dedo, acusándonos de fomentar la división en "el campo popular", acusándonos de lo mismo que hicieron, romperlo al medio firmando un acuerdo con Cambiemos, en forma casi unilateral.
Pero, ponele, hagamos como que les creo: si el acuerdo es tan transparente y conveniente y no es una mera rendición (como yo pienso y corrobora un dirigente de la CGT) ¿por qué no publicaron la cláusula de suspensión de protestas en la solicitada en la que defendieron el acuerdo? Si todo están tan bien ¿para qué escondés el juego? Además, si la cosa es tan retebuena ¿por qué siguen aclarando lo que dicen ellos, ya está claro? No los voy a ofender con respuestas que son evidentes en sí mismas.
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PD: Ayer he tenido varios debates con integrantes de algunos movimientos sociales, que defendían el acuerdo y además, señalaban la ceguera y miopía de no defender el acuerdo, la falta de información, la ausencia de participación "en la calle", o el desconocimiento de la "militancia en los barrios". A todos les respondí lo que les respondo: el asunto no va por ahí, hablamos de lo que hacen los dirigentes que firmaron este mamotreto. No de las bases. Ahora, si las bases se sienten identificadas con el acuerdo, bueno, tendré yo que pensar que no compartimos objetivos y varias cosas más. 
Veo desde hace un par de días el esfuerzo realizado para justificar el acta mostrada con algún argumento. Se ve que no los tenían elaborados. 
Quizás el de más peso, pero que se les ocurrió al final es que no quieren poner los muertos que siempre salen del campo popular cada vez que el pueblo se retoba. Esa hubiera sido una buena razón, pero la plantearon tarde. De última, en el rosario de excusas que desgranaron por todos lados. O sea, no estaban pensando en lo primero que tenían que pensar, en los orejones del tarro.

lunes, 24 de octubre de 2016

NOS LOS REPRESENTANTES

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Los tiempos de la corporación política no son los tiempos de la sociedad. Esto quedó en evidencia anoche en el programa "Economía Política" de Roberto Navarro en donde debatieron el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández; la diputada nacional Juliana Di Tullio; el ex integrante del gabinete de Daniel Scioli Alberto Pérez; el dirigente del Movimiento Evita Fernando “Chino” Navarro; el senador nacional Juan Manuel Abal Medina y el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis.
Excepto Juliana Di Tullio todos los demás son la evidencia parlante de ese desfasaje. Con un contorsionismo discursivo patético los hombres del panel justificaron su funcionalidad con el gobierno de Cambiemos apelando a la remanida "gobernabilidad" y el supuesto papel de "oposición responsable". Fernández fue un poco más allá en la esquizofrenia criticando las políticas de Cambiemos pero justificando el acompañamiento del Frente Renovador a las leyes que envía Cambiemos al Congreso (perdón, congreso). El Chino Navarro intentó lo imposible, disfrazar su rosqueo con Cambiemos de opción estratégica. Katopodis y Pérez también criticaron a Cambiemos tratando de llevar agua para sus respectivos molinos, como esos malabaristas que lanzan objetos al aire mientras pedalean en un monociclo. En ese bamboleo disparaban hacia atrás intentando aniquilar su adhesión temporal al FPV aduciendo que ahora son remodernos y ultrarenovadores. Abal Medina, pobrecito, intentaba decir que no quería decir lo que estaba diciendo para disimular lo que está haciendo mientras dice que no lo hace. Los nombrados están muy preocupados por el lugar en donde puedan depositar el culo con algo de poder y buen pasar. O sea, están haciendo la suya. Y hacer la suya incluye ponerse de acuerdo con Cambiemos para habilitar el saqueo a mansalva del erario público y la degradación permanente de las instituciones que perpetra Macri todos los minutos del día desde el 10 de diciembre.
Ninguno de los nombrados piensa en los orejones del tarro. Hablan con prosopopeya de "los sectores populares" del "pueblo" pero tal cosa les chupa un huevo. ¿Por qué digo ésto? Porque cuando tienen la oportunidad de representar y defender los intereses de esos boludos que los votaron rosquean negociando en base a sus intereses y no los del colectivo al que supuestamente representan. Entonces, en la práctica, hacen lo mismo que Cambiemos, dicen una cosa y hacen otra. Y luego se sientan frente a cámara para explicarnos que eso no es así, que ellos son astutos, que hacen lo mejor para todos, que los tiempos de la política ésto o aquello y lo de más allá.
Y por supuesto hablan de "unidad". ¿Unidad de qué y para qué? Hablan de ganarle a Cambiemos en 2017. Pero ¿ganarle para que tipos como ellos impongan una agenda dóblemente engañosa con la tapadera del interés popular?
La única que puso los puntos sobre las íes fue Juliana Di Tullio que les marcó a cada palabra que sus intereses están a años luz de los intereses de los orejones del tarro. 
O sea, los tiempos de la corporación política no son los tiempos de los orejones del tarro. Los nadies, los que están rompiéndose bajo la bota neoliberal de Cambiemos tienen cada vez menos margen de maniobra. Ajustados, perseguidos, criminalizados, asaltados por las multinacionales, con su calidad de vida en picada, con el horizonte negro, cuentan los minutos que pasan a toda velocidad mientras la vida se desmorona alrededor. En tanto quienes deberían representarlos se sientan con toda tranquilidad y les de dicen desde su comodidad de figurantes "los tiempos de la política son otros", "tenemos que construir la unidad", "tenemos que volver a enamorar". Lo que no dicen es que están diciendo estas cosas mientras no hacen lo primero que deberían hacer: defenderlos. Porque el orejón del tarro confió en ellos precisamente para éso. Para que representen sus intereses. Cuando no lo hacen, se convierten en una oposición irresponsable, porque no son oposición. La oposición no está ahí para asegurar la "gobernabilidad". Está ahí para ser oposición. Y estos señores claramente, no son oposición. Son funcionales al gobierno.
Juliana Di Tullio se los dijo, recordó y machacó. Por fin, representándonos.