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lunes, 24 de octubre de 2016

NOS LOS REPRESENTANTES

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Los tiempos de la corporación política no son los tiempos de la sociedad. Esto quedó en evidencia anoche en el programa "Economía Política" de Roberto Navarro en donde debatieron el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández; la diputada nacional Juliana Di Tullio; el ex integrante del gabinete de Daniel Scioli Alberto Pérez; el dirigente del Movimiento Evita Fernando “Chino” Navarro; el senador nacional Juan Manuel Abal Medina y el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis.
Excepto Juliana Di Tullio todos los demás son la evidencia parlante de ese desfasaje. Con un contorsionismo discursivo patético los hombres del panel justificaron su funcionalidad con el gobierno de Cambiemos apelando a la remanida "gobernabilidad" y el supuesto papel de "oposición responsable". Fernández fue un poco más allá en la esquizofrenia criticando las políticas de Cambiemos pero justificando el acompañamiento del Frente Renovador a las leyes que envía Cambiemos al Congreso (perdón, congreso). El Chino Navarro intentó lo imposible, disfrazar su rosqueo con Cambiemos de opción estratégica. Katopodis y Pérez también criticaron a Cambiemos tratando de llevar agua para sus respectivos molinos, como esos malabaristas que lanzan objetos al aire mientras pedalean en un monociclo. En ese bamboleo disparaban hacia atrás intentando aniquilar su adhesión temporal al FPV aduciendo que ahora son remodernos y ultrarenovadores. Abal Medina, pobrecito, intentaba decir que no quería decir lo que estaba diciendo para disimular lo que está haciendo mientras dice que no lo hace. Los nombrados están muy preocupados por el lugar en donde puedan depositar el culo con algo de poder y buen pasar. O sea, están haciendo la suya. Y hacer la suya incluye ponerse de acuerdo con Cambiemos para habilitar el saqueo a mansalva del erario público y la degradación permanente de las instituciones que perpetra Macri todos los minutos del día desde el 10 de diciembre.
Ninguno de los nombrados piensa en los orejones del tarro. Hablan con prosopopeya de "los sectores populares" del "pueblo" pero tal cosa les chupa un huevo. ¿Por qué digo ésto? Porque cuando tienen la oportunidad de representar y defender los intereses de esos boludos que los votaron rosquean negociando en base a sus intereses y no los del colectivo al que supuestamente representan. Entonces, en la práctica, hacen lo mismo que Cambiemos, dicen una cosa y hacen otra. Y luego se sientan frente a cámara para explicarnos que eso no es así, que ellos son astutos, que hacen lo mejor para todos, que los tiempos de la política ésto o aquello y lo de más allá.
Y por supuesto hablan de "unidad". ¿Unidad de qué y para qué? Hablan de ganarle a Cambiemos en 2017. Pero ¿ganarle para que tipos como ellos impongan una agenda dóblemente engañosa con la tapadera del interés popular?
La única que puso los puntos sobre las íes fue Juliana Di Tullio que les marcó a cada palabra que sus intereses están a años luz de los intereses de los orejones del tarro. 
O sea, los tiempos de la corporación política no son los tiempos de los orejones del tarro. Los nadies, los que están rompiéndose bajo la bota neoliberal de Cambiemos tienen cada vez menos margen de maniobra. Ajustados, perseguidos, criminalizados, asaltados por las multinacionales, con su calidad de vida en picada, con el horizonte negro, cuentan los minutos que pasan a toda velocidad mientras la vida se desmorona alrededor. En tanto quienes deberían representarlos se sientan con toda tranquilidad y les de dicen desde su comodidad de figurantes "los tiempos de la política son otros", "tenemos que construir la unidad", "tenemos que volver a enamorar". Lo que no dicen es que están diciendo estas cosas mientras no hacen lo primero que deberían hacer: defenderlos. Porque el orejón del tarro confió en ellos precisamente para éso. Para que representen sus intereses. Cuando no lo hacen, se convierten en una oposición irresponsable, porque no son oposición. La oposición no está ahí para asegurar la "gobernabilidad". Está ahí para ser oposición. Y estos señores claramente, no son oposición. Son funcionales al gobierno.
Juliana Di Tullio se los dijo, recordó y machacó. Por fin, representándonos.