Aguda y entusiasta defensa de don Lole Reutemann a cargo del inefable Rosendo Fraga. Fraga transforma la indecisión crónica y el calculador oportunismo de
José Llego Segundo Cómodo en las dotes de un estadista. Se entusiasma y lo compara con Roca e Irigoyen.
Y justifica ese silencio de quien no tiene nada que decir, otorgándole valor positivo a una actitud de mierda: Lole no habla para no quedar preso de sus palabras. En criollo José Llego Segundo Cómodo no se quiere comprometer con nada ni con nadie.
Lo de siempre en realidad.