"Berlusconi es un caudillo. Una figura desaparecida desde hace tiempo y que no se esperaba tener de vuelta en la historia (...). Un caudillo democrático sin el autoritarismo de Mussolini"
"Parece imposible que un personaje tildado de superficial, poco culto y de dudosa ética, haya dirigido un país tan complejo como Italia"
Es cierto eso de que uno es esclavo de sus palabras. Claro que es Mario Vargas Llosa y su posición puede mutar cuando a él le haga falta sin ponerse colorado. Quizás ya lo esté pensando luego de algunas
revelaciones soprendentes que explican cómo llegó al poder Berlusconi.
No vamos a ahondar sobre la impronta mafiosa de muchos gobiernos de derecha. En este caso basta con las evidencias que son muchas y se van amontonando. Sería bueno eso sí, constatar las características de los gobiernos que admiran y defienden tipos como Vargas Llosa. Para no creer en las bellas almas de los verdugos como decía Rodolfo Walsh.