lunes, 7 de octubre de 2013

A INSEGURO SE LO LLEVARON PRESO I: NEW SENSATION

Vamos a meternos esta semana con un tema que es el caballito de batalla de la derecha reaccionaria, los renovadores que buscan la restauración conservadora, los medios de comunicación sumamente serios que riegan con nafta los incendios y así.
Dado que se habla mucho, mal y con alarma de “inseguridad” arriesguemos el pellejo y pensemos sobre el asunto tratando de desmenuzar lo que hay debajo, encima, atrás y delante de ese fenómeno que asola las pantallas y marca agendas y produce encuestas.
Vamos por parte, como dijo Jack el Destripador.
New Sensation
Aunque parezca una pavada decirlo, Inseguridad no es lo mismo que delito. ¿Cómo cómo?
El delito es el hecho mismo, la violación de una ley que implica el famoso ilícito. Un robo, un asalto, pero también una estafa, el ataque a una persona con fines de abuso sexual, y tantos otros etcéteras.
La inseguridad entonces, no es el delito sino el temor a ser víctima de un delito. ¿Me van siguiendo? O sea, no es el hecho mismo sino la representación del hecho. Y no cualquier representación, sino una representación prospectiva que presupone en el sujeto la percepción de que existe una alta probabilidad de ser víctima de un ilícito.
Ergo, la Inseguridad es una sensación. No podría ser de otra manera. Es la sensación de vulnerabilidad ante el delito. Los políticos de campaña insisten con que la inseguridad es “una realidad”. Tienen razón en un sentido, o sea, la “inseguridad” existe como el fenómeno descripto anteriormente.
Pero no tienen razón (o se hacen los boludos) en otro sentido: la inseguridad como percepción puede o no estar relacionada con el aumento del delito. No hay, repito, no hay, una relación directamente proporcional entre aumento o disminución del delito con aumento o disminución de la inseguridad, que como hemos señalado, es efectivamente una sensación.
No vamos a meternos con estadísticas del delito, de ninguna manera. No es ése el propósito de esta nueva serie (tiembla Lost). Lo que buscamos es desmantelar el sentido común instalado y naturalizado e impulsar el análisis, para aportar uno que otro elemento a la hora de soportar el bombardeo mediático sobre el asunto.
Decía entonces, la relación entre delito e inseguridad no es directa. De hecho, hay muchos factores que pueden provocar sensación de inseguridad, con lo que tenemos entonces que inseguridad no solo implica miedo al delito sino además otros temores que acechan en el imaginario del sujeto. De lo que se deduce que cuando se habla de inseguridad como temor a un ilícito se escamotean el resto de las causas que pueden producir sensación de inseguridad.
Además, al establecer esta delimitación taxativa se ocultan extensos campos de la vida social que se vuelven invisibles, opacos, impermeables al análisis.
Hablar de inseguridad y presuponer que un aumento de la misma implica necesariamente el aumento del delito es una petición de principio sin sustento empírico.
Sobre esta confusión teórica, sobre este recubrimiento discursivo se montan los dispositivos de control, que actúan, en ese sentido, como aparatos ideológicos de estado.
Mañana, si Tutatis lo permite, seguiremos tirando del ovillo.

2 comentarios:

Moscón dijo...

"La casa se reserva el derecho de mirarte hasta el upite el tiempo que quiera"
Este es el cartel que falta.

Grupo de Expertos en Todo dijo...

Moscón:
No les de ideas...