jueves, 21 de marzo de 2013

SIGUEN LOS EXITOS

No sé quién dijo ni donde que "no es lo mismo un pobre en España que en Argentina, no me va a comparar Doña Rosa". Seguro, alguno de los lectores podrá refrescarme la memoria que a mi, por viejo y salame, me falla y bastante:
Hoy me acordé de esa petición de principio (que comparte mucha "gente" por ahí) al leer este artículo. Y pensé que podría refutar con solvencia esos dichos. Pero luego pensé que, en realidad, los que dicen "este país de mierda" son a prueba de pruebas, impermeables a las evidencias, inmunizados por su anhelo de extranjería.
Asi que mejor, no me gasto las dos únicas neuronas que este fin de año me está dejando en discutir con irreductibles.

3 comentarios:

Moscón dijo...

Aparte,a este país,vinieron todos los gallegos llenos de divisas de todos los colores.

Cosmocosme dijo...

Exacto, Dormi. Sus conclusiones ni siquiera son falsables. Pretender refutarlos es como aspirar a que el "pecho frío" nos explique por qué somos "bosteros putos".
El problema es que una cosa es el folcklore del fulbo, otra muy diferente es la construcción de verosímiles.
Estos muchachos no están en la cancha, están bombardeando con "verdades" continuamente y sin descanso.

ram dijo...

Años ha, primeros 70, cuando el gallegaje esperaba años para poder llegar a un 600 o un 3CV, en el reader's digest USA, una simpática propaganda era, un cerro, un zaparrastroso descalzo, sombrero de paja y burro al tono, describía y promocionaba unas cálidas vacaciones en nuestra madre patria - el slogan era maravilloso - "Conozca el pintoresquismo del atraso español".
Por esos tiempos también y viviendo en una parte del país lleeeena de gallegos - de GTX, cupé Chevy o Falcon Sprint (el 800, p'al perro) - se veía fuerte el contraste - bah, el gallego original lo veía y agradecía el cambio que "este país de mierda" le regaló; que los hijos resultaron la matriz de cosos como estos ex-prósperos y ahora sudacas por malaria, corridos por la crisis, la crisis de sus espejitos de colores primermundistas.
Sonará feo pero, que se caguen, las ínfulas pegadas con moco merecen terminar así.