viernes, 22 de marzo de 2013

PIDO GANCHO

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Hace dos años inciaba la carrera más apasionante y ardua que encaré en la vida. No, no es física teórica ni ingeniería aeroespacial. No no.
Hace dos años ingresé, de la mano de mi hijo, en la carrera de padre. Tiene una particularidad este trayecto, como gustan decir los pedagogos: dura toda la existencia, desde que uno entra al ruedo hasta el último suspiro que se le escape del cuerpo.
Y la otra cuestión es que jamás te dan el título, siempre estás aprendiendo a ser padre sin terminar nunca de aprender. Más aprendés, más tenés que aprender. Créanme, no hay padres cancheros. Los padres por definición, sienten todos los días en la zapan las famosas mariposas que los artistas dicen tener cuando están por estrenar algo.
Hay más, como para asustar o entusiasmar a los que no son padres: la condición de padre es irrenunciable una vez que accedés a ella. Le podés hacer honor o no, ponerle ganas o no, huir o arropar a tu hijo todas la noches hasta que te lo permita, pero siempre vas a ser el padre. Claro, me dirán, pero dijiste que a ser padre se aprende. Claro diré yo, se aprende, pero por una extraña y cotidiana razón sos padre desde que tu hijo es, o sea, algo distinto de vos pero que proviene de vos y en algún punto es como si fueras vos, pero tendrás que aprender que no lo es y que tiene un camino para recorrer y ahí debería estar tu mano para acompañar la aventura. Pero sos el padre. Te lo va a gritar la sangre desde que esté ahí frente a vos como alguien que estira su mano y te aprieta un dedo (reflejo prensil, dicen, ma qué reflejo digo yo, lanzamos al pibe al mundo, y se agarra para que lo guíen en ese incomprensible paralelepípedo extraño que se le vino encima).
Decía, hace dos años que me cabe el mote de "padre". No es como decía Mafalda, que la madre y el hijo se reciben el mismo día. Ese día es nada más que el comienzo.

4 comentarios:

roberto dijo...

Dormi, es el comienzo de distintas etapas, muchas problemáticas; igual lo comprenderemos aunque nos saquen canas verdes. Con felicidad se aprende a vivir y lo demás es pura chachara, un hijo es la continuación de una aventura que empezamos al nacer.

¡Brindemos por éstos dos y por muchisimos más!!!!

José Pepe Parrot dijo...

Roberto:
Tiene Ud. razón.
Gracias por el brindis que será hecho efectivo apenas tenga a mano un buen vaso de nebiolo...

ram dijo...

Mire, por experiencia le digo, aùn es como un lechoncito, aproveche y mórfelo ahora; que cuando menos se de cuenta, la bestia le mide 1.80 y le cae con una "socia" para que usted los mantenga a los dos. Y no le va a ir mansito al horno (de paso, ya le consumió las fuerzas que usted supo tener, para llevarlo).
Está a tiempo y, le garanto, va a encontrar más solidaridades que críticas (sí, como su amigo el pancho).

José Pepe Parrot dijo...

Ram:
Calcule, ya me cuesta hacerle upa, dado que viene XXL, imagínese más adelante.