jueves, 17 de diciembre de 2009

NOSTALGIAS II: Aquellos libros...

Se ve que estoy en medio de un ataque de recuerdos. A mi edad, recordar ya es una hazaña. Por eso voy a aprovechar (ahora que me acuerdo) para contar y contarme algunas cosas que pasaron allá lejos, cuando era un purrete.
Mis primeros libros, libros libros, o sea, libros con forma de libros en donde ya no había ilustraciones o eran más bien escasas, fueron los de la Coleccion Billiken.
Eran unos libritos bastante elegantes, de tapa dura. Había tres colecciones, según recuerdo: roja, verde y azul. Los primeros que cayeron en mi poder fueron los de tapa roja. "Miguel Strogoff" de Julio Verne inició la serie de los que leí. Luego "Colmillo Blanco" de Jack London. Casi inmediatamente, presa de la recién descubierta fiebre lectora, "Robinson Crusoe" de Daniel Defoe. Y así hasta terminar el listado. Después llegó la coleccion "Azul". "El último Mohicano" de Fenimor Cooper ilustrado por el increíble Enrique Breccia por ejemplo, fue uno de los tantos que pasaron por mis manos. Nunca leí ninguno de la coleccion "verde".
Por una circunstancia muy especial.
En ese momento descubrí la Colección Robin Hood.
Eran libros de tapa amarilla, con títulos muy llamativos. Aunque era más antigua que la "Billiken" la encontré después.
El primer libro que leí de esa coleccion fue "Sandokan" de Emilio Salgari. Y luego muchos más. Muchos pero muchos más.
Es un hecho que no teníamos computadoras en aquella época. No sé qué hubiera pasado si hubieran existido las PCs. Había televisión (claro, ya estaba inventada) y yo miraba televisión. Pero también leía. Como un poseso. Leía. No solo libros, sino también revistas, diarios (aunque me aburrían un poco), comics, etc. Aunque de estas cosas hablaré luego.
Pero leía.
Y leer marcó mi vida.
No podría vivir sin leer.
¿Leer te hace mejor? No lo sé. No creo que un libro tenga tanto poder.
Tiene poder. Pero no tanto.
Pero leer me permitió leer el mundo. Valga la redundancia.
Leer el mundo, intentar desentrañarlo.
Entender.
Eso que uno nota, anda haciendo falta por todas partes.

15 comentarios:

Oscar dijo...

Leer te hace mejor, no lo dudes. No es UN libro el que tiene el poder, es la suma, el hábito. Y ni siquiera es el libro: el poder está en la mente. El libro tiene la virtud de despertarlo, largarlo a volar con una dimensión que no puede lograr la mejor película, por más fiel que le sea.
La colección Robin Hood fue mi mejor amiga, creo. Sandokan y sus tigres de Mompracem, Tom Sawyer, Bomba... eran parte del mundo real para mi. Pero pocos libros me gustaron tanto como los del Príncipe Valiente. Me enamoré de Aleta como de ninguna otra mujer en mi vida. Y cuando, con el tiempo, apareció en la pantalla, la desilusión fue total. No se parecía en nada a MI Aleta. Ma qué vas a ser Aleta vos, cacatúa... rajá de acá!!

José Pepe Parrot dijo...

Oscar:
Que asombrosa coincidencia. Me impresionó mucho "El Príncipe Valiente". Yo me enamoré de dos personajes femeninos que estaban ahí, dentro de la trama. Y creo que hasta recuerdo la frase con la que el autor las nombraba: "La belleza oscura de Sombolené y la hermosura radiante de Melodía". Morocha y rubia, ambas mujeres hermosas que sin embargo no lograron torcer el amor del Príncipe.
Y de Sandokán, que le puedo decir. Admiré siempre a Yañez de Gomera, ese lugarteniente siempre fiel de Sandokan y la chispa rebelde de los Tigres de Malasia, feroces pero leales.
Creo que leer a uno le brinda una herramienta formidable. Una herramienta con mucho, pero mucho poder. El libro enseña a pensar. Porque se requiere ese mecanismo para leer. El universo con el libro se abre. Y no deja de abrirse hasta el infinito.
¡Que lindor los libros de la colección Robin Hood!!!

Oscar dijo...

Mi hijo cumple mañana 21 años. A los 12 ó 13 le pasé - sin mucha esperanza - mis viejos Robin Hood. Y se enganchó bastante. Es una extraña satisfacción esa...

Anónimo dijo...

jej, cuando llegué ya estaban en casa esas colecciones, de la de billiken muy pocos. Habia otra mas, de editorial peuser (?) de tapa celeste. De las tres lei unos cuantos, recuerdo que me habia fascinado con Ivanhoe y Robin Hood porque compartían personajes y eran como dos historias que en realidad eran solo 1!
Ya mas de mi generacion fueron los "elige tu propia aventura"....... le juro que los odie. No me gustaban, y no se porque mierda me regalaban de esos libros. Año tras año. Cuando cumplí 14 me calenté, les dije que a todos que si me regalaban 1 libro mas de esos se los tiraba por la cabeza y me fui con los que tenía (unos 30) a la biblioteca municipal a donarlos.
Hay 2 cosas que no quiero dejar afuera aunque sea demasiado largo: las historietas de Robin Wood y una colección, yo le digo "Hitchcock presenta" pero no se si ese es el nombre. Eran buenisimos, pero no se porque mierda dejaron de salir por un tiempo y despues volvieron.... pero con el formato de los elige tu propia aventura!!!!!!!! grgrgrgrgrgrgrg!!!! Editores hijos de puta!
Bue, aunque odie esos libros ahora (bah hace unos años ya) vi que salieron unas parodias "Elige tu propia locura" tienen hasta el mismo dieño de tapa jej

soplamocos

Mariam dijo...

Siempre me quedo pensando en eso de Somos lo que leemos.
A veces también creo que somos lo que no leemos.

José Pepe Parrot dijo...

Oscar:
Ese si que es un buen regalo.

José Pepe Parrot dijo...

Sopla:
Si. Me acuerdo de la colección Peuser. Lindos libros. Pasee mis ojos por algunos.
Esos libros que Ud. dice los miré medio de costado en alguna biblioteca por la que anduve. Libros perezosos le voy a decir.
La de Hitchcok si que la recuerdo. Muy buenos. A los 13 o 14 ya me había enganchado con la colección de policiales negros que regenteaban Bioy y Borges.
Malas compañías.
Robin Wood. Se viene algo sobre las historietas. Estoy recabando imágenes.

Cierto, editores jueputas.

José Pepe Parrot dijo...

Mariam:
Si. Por suerte somos lo que no leemos. Y lo que leemos. De a ratos ambos.
Menos mal que somos lo que no leemos porque podemos conjeturarlo.

Anónimo dijo...

lo que más me acuerdo es de los musicuentos, venían unos libros verdes enormes llenos de dibujos más el disco. cuando se terminaba había que aguantar hasta darlo vuelta para poder seguir. todavía los guardo. siempre que empezaba estaba la misma canción, ¡todavía me la acuerdo!

vengan a mí,
este cuento les quiero yo contar,
no traigan paraguas,
una capa roja y una gran cartera.
para llegar a mí
basta sólo alegría y bondad

P.

Ringo dijo...

Los de la colección Robin Hood están en mi casa también. Pero a mí, para ponerme a leer, me tenían que amenazar mínimamente con un garrotazo en las bolas. Me acuerdo que mi hermana devoraba en uno o dos días, libros que a mí me llevaba un mes abandonar a la mitad.
Pobrecito, tardé años en terminar la cuestión esa de Phileas Fogg. También recuerdo que estaba "Corazón" de Edmundo de Amicis, pero nunca lo llegué a abrir. Siempre, pero siempre, entre un libro y yo se interponía la pelota, o el Sega Génesis, in absentia, como ud sabrá a esta altura.
Supongo que mis viejos me dieron una infancia perfecta para un futuro comerciante. Perdieron (por ahora)

José Pepe Parrot dijo...

Petaloudes:
Esos si que no los conozco.
Los voy a buscar.

José Pepe Parrot dijo...

Ringo:
Pobre Phileas. Otra que ochenta días.
A mi los garrotazos me los daban para que largara los libros. Igual no salí más mejor. Pero sí me quedé corto de vista.
Algo es algo.
Sus padres, unos visionarios ehhh...

Anónimo dijo...

Dormidano, llegaban a los kioskos de diarios cada semana en los setenta. en los noventa los llegué a ver usados en el parque centenario, después les perdí el rastro. gracias por el recuerdo, yo soy de la época de Margarito Tereré (un grande).

P.

José Pepe Parrot dijo...

Petaloudes:
¡Margarito Tereré!
Yo lo veía. Corbata Cuá era mi ídolo.

Agustín Molina dijo...

Encontré esta vieja entrada (porque la recomienda automáticamente su última entrada).
Mis Robin Hood y mis Billiken, están esperando que mis hijas estén en edad de merecer.
Cuánta nostalgia!
(respecto de la tele, recuerde que había cuatro o cinco canales, y que empezaban a las 9.00 con suerte y a las 11.00 se terminaba la transmisión!)