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lunes, 13 de mayo de 2013

ZURDO


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Se habla mucho y mal acerca de la izquierda. De la misma forma en que se discurre acerca del marxismo y Marx sin haber recorrido una sola página de El Capital o, al menos, alguno de sus escritos que son muchos, variados y sorprendentes. Debido a esta supina ignorancia se sigue jorobando con "la religión es el opio de los pueblos": quien repite esa pequeña porción del argumento, desconoce que la frase está en la introducción de la Contribución a la crí­tica de la filosofí­a del derecho de Hegel, escrita por Marx (Carlos, no Daniel a quien jamás se le ocurriría pensar por si mismo) en 1843. Y por supuesto no está al tanto del párrafo completo que indica:
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"El sufrimiento religioso es, en uno y al mismo tiempo, la expresión de sufrimiento real y una protesta contra el sufrimiento real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo descorazonado, el alma (o el espí­ritu, der Geist) de una condición desalmada. Es el opio de los pueblos."
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Puesta en su contexto original cambia ¿no?
Este ejemplo sirve, un poco nomás, para mostrar cómo el "sentido común", la opinión heterónoma, construye su mirada sobre información incompleta, tergiversada y, las mayoría de las veces, desconocida. Repite lo que repiten. Repite lo que ya ha sido masticado y deglutido, y elabora categorías con las que percibe y organiza el mundo replicando esquemas ajenos que el sujeto se apropia sin considerar siquiera su pertinencia.
Por ejemplo el mote (peyorativo) "zurdo". Ese adjetivo lo usan quienes desean denostar a uno o varios sujetos de izquierda. "Zurdo" es una valoración negativa de la opción política del descripto. Por lo general alcanza con decir "-Ése es un zurdo", aunque algunos, para completar el combo dicen "-Es un zurdo de mierda". Pensemos argentinos: se supone que la izquierda política tiene entre sus preocupaciones lograr la igualdad social  defendiendo los derechos colectivos, por tanto, un "zurdo" es alguien que busca construir alternativas que permitan concretar el objetivo anterior (entre otros). ¿Eso merece un castigo?
¿De dónde viene ese desprecio hacia los "zurdos"? ¿Por qué alguien que es parte del grupo social que se beneficiaría si se consiguiera la igualdad social desprecia al "zurdaje"?
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Esto explica el símbolo
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Las explicaciones son varias, pero todas remiten a un origen más o menos común: el odio y desprecio hacia los "zurdos" proviene de viejas teorías elaboradas por la derecha política y la religión conservadora, sobre la condición de la izquierda que obviamente se oponía a sus intereses. Todos los pseudo-argumentos que se usan para justificar el asco hacia los "zurdos" son réplicas más o menos aggiornadas de viejos postulados: el trapo rojo que reemplazará la bandera nacional o las doctrinas extrañas al ser nacional que es occidental y cristiano se han transformado en "nos vamos a convertir en Venezuela" o "los derechos humanos son para los delincuentes solamente" o "la policía tiene las manos atadas por el garantismo". Si uno les quita las capas de pintura que tienen encima encontrará, luego de un esfuerzo nada despreciable, el prejuicio original que peina largas canas (antes de que lo digan, cuando se caracteriza a la derecha política se suele replicar el mecanismo, criticandola desde el prejuicio y no desde los argumentos, con lo que el "zurdo" pasa a ser, en el mismo acto, un "reaccionario" dado que deja de ser dialéctico y usa una receta que supone infalible para todo tiempo y lugar y guay del que no acuerde con Doña Petrona C. de Gandulfo).
Entonces, las razones del odio y el desprecio, que es muy real, concreto y cuya objetivación es contundente, son traspasadas de generación en generación sin que medie un instante de reflexión que permita discernir cuál es la razón cuál es de esa reacción.
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Se sorprenderían varios individuos de esta especie si supieran que Rubén Dri indica que hay puntos de contacto muy fuertes entre el cristianismo y el marxismo (claro, Ruben Drí es un teólogo "zurdo") y que no son tan incompatibles como pretenden tipos como Aguer. Y que en realidad el que es incompatible con el cristianismo es el capitalismo (cosa que uno puede deducir sin quemarse las pestañas leyendo los evangelios), aunque cientos de años de manipulación hayan dado por resultado a Escrivá de Balaguer construyendo un movimiento capitalista religioso en nombre de Jesús.
Por lo pronto, y para no prolongar este lamento, diré (aunque a esta altura ya no hace falta) que soy "zurdo".
Y a mucha honra. Orgulloso de ser siniestro.

lunes, 3 de septiembre de 2012

LA MITAD MÁS UNO

"Soy de la mitad del país que mantiene a la otra mitad". Encontré, tarde piaste, este asunto rebuscando información sobre otro tópico. Hace rato que anda dando vuelta parece, más que nada en Facebook. Chocolate por la noticia me dirán.
Bueno, que quieren, no estoy al día.
Volvamos al meollo principal del asunto. La frase me dió entre medio de los ojos. Justo en medio. Hacía tiempo que no veía una tal falta de solidaridad. Un maniqueismo corto de vista, reaccionario y virulento.
Tratemos de evitar la rabia, porque es éso lo que contiene en demasía la proposición aludida. Veamos si podemos desmontar las falacias varias que anidan en su interior.
En primer lugar, y suponiendo que haya dos mitades ¿qué le hace pensar a esta "gente" que se encuentra en la mitad que mantiene y no en la mantenida? La riqueza, como hemos dicho mil veces, es social. Para crearla hace falta el concurso de muchos sujetos. ¿Están tan seguros que no son los mantenidos? La bonanza económica de muchos es fruto del esfuerzo de otros muchos. En esa mitad de la que reniegan con tanto énfasis, quizás, se encuentra el secreto de su éxito.
Por otra parte, y que yo sepa, gran parte de la mitad que pretende mantener a la otra mitad recibe subsidios en el agua, la luz y la electricidad. ¿Todavía creen que nadie los mantiene?
Pero, como nosotros sabemos que no hay dos mitades, descartemos ese razonamiento por elemental.
Observemos ahora el hecho de pensar, contra toda evidencia, que uno se encuentra en la mitad virtuosa de algo. Al establecer esta línea taxativa del otro lado coloca a los que no están en el inner circle: los malos, los otros, los que nos amenazan. ¿Tengo que señalar los peligros que entraña este razonamiento y los monstruos que prohija? No creo que haga falta.
Ahora, suponiendo que alguna vez la palabra solidaridad hubiera tenido algún significado para los que se colocan en la mitad del Eje del Bien ¿cómo creen que se construye una sociedad? ¿Acaso piensan que la sociedad la edificaron solos, sin ayuda de nadie? ¿Creen que la sociedad es su refugio exclusivo, porque "lo pagaron"? ¿Piensan que la sociedad es una empresa que les brinda servicios? De ninguna forma. Una sociedad es una construcción solidaria. Y todos contribuyen a su creación y mantenimiento. Y todos debieran velar para que ningún sujeto dentro de esa construcción quede por fuera de la misma, privado de los derechos que le asisten. Por eso es una sociedad. Lo contrario es el sálvese quien pueda que impera dentro de los countries o barrios privados en donde la mitad virtuosa se refugia para disfrutar lo que obtiene de la otra mitad que no quiere ver.
Al derecho a llevarse lo que extraen a otros lugares, a buen resguardo de la mitad expoliada le llaman libertad. Y es la única libertad que les parece significativa. El concepto de libertad que se agazapa bajo estos argumentos es el que supone que la libertad se resta y no se suma. Si el otro es más libre yo soy más libre, decimos nosotros. La libertad del otro termina donde comienza la de los demás dice la mitad virtuosa que de esa forma envuelve en papel para regalo un conservadurismo ultramontano.
Podría extenderme hasta el infinito con estos argumentos.
Pero me da fiaca porque es lunes y además, que labure la mitad virtusa y me mantenga, qué tanto.