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viernes, 6 de enero de 2017

FAHRENHEIT 451 O RECONQUISTA 266

"Quemémoslo todo, absolutamente todo.
El fuego es brillante y limpio."
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"Los años de Universidad se acortan, la disciplina se relaja, la Filosofía, la Historia y el lenguaje se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente descuidados. Por último, casi completamente ignorados. La vida es inmediata, el empleo cuenta, el placer lo domina todo después del trabajo. ¿Por qué aprender algo, excepto apretar botones, enchufar conmutadores, encajar tornillos y tuercas"
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Las frases pertenecen al libro Fahrenheit 451 de Ray Bradbury.
La realidad que supera a la fantasía a cargo Sturzenegger
Una frase de Yabrán para terminar

miércoles, 14 de septiembre de 2016

NI "GENTE", NI "VECINO", MUCHO MENOS "RECURSO HUMANO"

La sociopatía reinante nos brinda una enorme variedad de motivos para comenzar el día enojados y enojarnos más a medida que vamos conociendo las hazañas que llevan adelante, todas destinadas a romperle el tujes a los orejones del tarro.
Por ejemplo, la venganza de Bonadío que manda a quemar cunas de bebés porque dice que son "inseguras". Yo digo que es pura revancha.
O las negociaciones de Malcorra con el Reino Unido para que nos afanen el petróleo (ella dice "para que el país comience a participar en la exploración de hidrocarburos, pesca y comercio en las Islas Malvinas. el detalle es que es territorio argentino y en todo caso deberíamos ser nosotros como país soberano los que habilitáramos al Reino Unido para que participara en todos esos rubros. Pero es el mundo del revés, o sea el mundo de Malcorra en donde Argentina ya va perdiendo antes de comenzar cualquier diálogo).
O la visita sorpresa que la genuflexión militante de Mauricio Macri (el presidente que no me representa) realizó a la embajada de su patroncito Noah Mamet, para dar fe que es capaz de lamer botas con una constancia que asombraría a una monja de clausura. 
O que "Los cancilleres de los Estados Partes signatarios del Tratado de Asunción –Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- decidieron apartar a Venezuela de la presidencia pro témpore del Mercosur. Al mismo tiempo fijaron un nuevo plazo, hasta el 1° de diciembre, a Venezuela para que de cumplimiento a las obligaciones asumidas en su Protocolo de Adhesión al Mercosur" con lo que demostraron en bloque que están inclinados ante el león moribundo y han entregado no solo sus banderas, sino también las de la integración latinoamericana como buenos mercenarios que son.
O la evidencia palmaria que el Mini Davos muestra con obscenidad: un país de remate, esperando que alguien lo compre con los indios adentro mientras deja a los cipayos provincianos a cargo como capataces de estancia. 
Como verán hay mucho para elegir, pero me voy a detener en un tuit de ese tipo que la mala leche de una porción considerable de los argentinos puso en la presidencia (y lo que es peor, mala leche que lo mantiene allí).
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Mirá vos. Un maravilloso país "lleno de recursos humanos". Resulta querido bodoque que no son recursos humanos. Son habitantes de la República Argentina. Pueblo en el mejor de los casos. Pero recursos humanos no. Recursos humanos es la definición usada en el lenguaje vomitivo de los tecnócratas en las empresas para cosificar al laburante y tratarlo como tal, como un objeto que pueden poner aquí o allá sin preocuparse por su condición humana, una cosa parlante con un juego de extremidades superiores e inferiores que el "empresario" utiliza como "recurso" para hacer esta o aquella tarea, a veces con un cerebro que el empresario puede aprovechar para que ejecute una serie de instrucciones más complejas, e incluso para que controle las acciones de otros "recursos" en nombre del señor dueño, patrón o junta directiva. Pero un "recurso" nunca es una persona, nunca es un sujeto, mucho menos un sujeto de derechos con una vida distinta a la de su empleo, y como tal, el tiempo del "recurso" no es su tiempo, es el tiempo del empresario (de eso hablan cuando dicen "proactividad", de la autoexplotación del tiempo de vida al que estamos dispuestos). Y el "recurso" es además, propiedad del empresario, en tanto éste alquila su existencia para que produzca riqueza. No hace falta extenderme mucho más, porque todos los que son laburantes con un jefe, y un jefe de un jefe, y un jefe de un jefe de un jefe saben de lo que hablo.
Bien, un país no es una empresa, mucho menos la empresa del presidente, ni de sus ministros, ni de sus amigos y favorecedores. Un país tiene, como ya lo he dicho, habitantes, ciudadanos. Que son ante todo personas, sujetos de derechos. No somos propiedad del presidente, no somos los "recursos" con los que cuenta. Muy por el contrario, el presidente es nuestro empleado. Está ahí para gobernar, pero los dueños del país somos los ciudadanos. Por definición, dado que el depositario de la soberanía es el pueblo, que delega el gobierno en sus representantes. O sea, Mauricio Macri nos representa. Debería representar entonces nuestros intereses, defender nuestros derechos, procurar nuestro bienestar dado que somos nosotros, ciudadanos, pueblo, los dueños del país. 
Macri cree que la cosa es al revés, que ser presidente es igual que ser dueño de una empresa y que como dueño de la empresa tiene "recursos", entre ellos "recursos humanos" que puede ofrecer como en los viejos remates de campos en donde vendían la tierra con los "indios" incluídos.
Y no. Así como no soy "gente" ni "vecino", tampoco soy "recurso humano".
Tampoco somos "recursos humanos".
Espero que lo comprenda, asimile y actúe en consecuencia, porque de lo contrario la factura que le vamos a pasar será tan grande que a su lado, la cuenta del gas, el agua y la electricidad van a parecer monedas de 10 centavos.