Dos cosas ha hecho la soja: lograr que recordemos el apellido de este señor, Grobocopatel, Gustavo y por otro lado, que el nombrado sea cada vez más, como decirlo ¿cretino?
No es que esa condición sea una anomalía en los hombres del "
campo" ("
campo" que no es todo el campo, sino un "
campo" muy exclusivo en donde
el consumo de Toyotas Hilluxs es el pan de cada día) cuyo arsenal ético está dominado por una mezquindad y voracidad infinitas. Ya lo hemos visto y comprobado con creces a lo largo de toda la historia de nuestro país.
Pero el vampirismo que la soja impulsa alcanza límites insospechados generando individuos únicos. Uno de esos ejemplares notables es Grobocopatel, Gustavo, que por sus condiciones debería llevar en el pecho la preciada cocarda que entrega la Sociedad Rural Argentina cuando se junta a oler bosta y festejar su argentinidad.
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Enojado porque Macri, Mauricio contó los porotos y descubrió que no puede desangrarse entregándole aún más rentabilidad al "
campo" quitándole las retenciones exiguas que le dejaron, no porque no tenga ganas sino porque viene un año electoral y alguien tiene que pagar las facturas (retenciones que gravan lo que los sojeros no pueden devolver, el uso del suelo, un suelo cuyas condiciones les asegura una ganancia jugosa en cualquier tiempo que sea, un suelo que no es un factor productivo en el que tengan que invertir demasiado sino que viene dado)
se despachó con uno de sus pensamientos más agudos:
si no les quitan el resto de las retenciones habrá menos empleo y más pobreza.
Y uno se pregunta, y le pregunta a Grobocopatel, Gustavo ¿cómo podría ser eso? Más que nada porque para el cultivo de su yuyito de oro solo hace falta un obrero cada 500 hectáreas. Con lo que tenemos que la generación de mano de obra (ergo, empleo) que propicia "el campo" y la soja es mínimo, por así decirlo, ridículo. No logro comprender la relación entre la derogación de las retenciones y el aumento de la pobreza y el desempleo. Ya que el complejo sojero no es un generador de empleo significativo. O sea ¿si les quitan las renciones aumentará el empleo? Ponele que así sea, el promedio es un obrero cada 500 hectáreas. ¿Esa sería la contribución sobre el empleo? Más peregrina aún es la consideración acerca de la pobreza. ¿Qué tiene que ver la quita de retenciones con el aumento de la pobreza? Por más puentes dialécticos que uno quiera contruir la respuesta es: ninguna. De hecho, la relación es inversa: a medida que disminuyen las retenciones aumenta la pobreza porque las contribuciones (mínimas, esas que les regaló Macri) que el "campo" se guarda para sí y que gravan una renta extraordinaria obtenida con el uso de un recurso estragégico no van a la sociedad en forma de impuestos. Entonces, el estado tiene menos recursos.
Que Grobocopatel, Gustavo diga que es al revés muestra en todo su tamaño el apetito insaciable de estos próceres a los que ningún gobierno les ha ajustado las tuercas de verdad por el momento. Y creeme que hace falta ajustarles las tuercas, incluso desarmarles el quiosquito, porque la bonanza del "campo" es inversamente proporcional al bienestar de la sociedad.
Si al "campo" le va bien por lo general a la sociedad le va mal porque los señores nosferatus no están dispuestos a contribuir ni con un terroncito de tierra al desarrollo del país. Un país que ellos quieren preindustrial y si es posible, con esclavos.
Si Grobocopatel, Gustavo sigue en la misma línea en cualquier momento solicita la derogación de la
Asamblea del año XIII.