El Todismo es una doctrina polìtica sinecdóquica que pretende, mediante el discurso, transformar una mirada parcial en una postura homogénea y absoluta, compartida por un universo de sujetos invocados en ausencia que, supuestamente, coinciden en un todo con lo enunciado.
Así, en vísperas de nuevas convocatorias a cacerolazos nos encontramos con frases como "Argentina Unida" o el más combativo "Ahora el pueblo va por todo".
Hablemos un poco de estas expresiones que pertenecen al universo del Todismo.
El primer slogan "Argentina Unida" indica que la unión se produce en torno a la propuesta del cacerolazo. Por tanto, da por sentado que TODOS en Argentina comparten las consignas de la protesta. Pero como podemos deducir a simple vista, no todos comparten esas consignas. Ya que necesitamos un ejemplo para falsar el asunto, yo, que soy argentino, no comparto las consignas de la protesta. Por tanto, la consigna "Argentina Unida" es falsa en tanto al menos un argentino, en este caso yo, no comparte la naturaleza de la protesta.
Veamos la otra frase: "Ahora el pueblo va por todo". Aquí la pretensión todista está alojada en "pueblo". Una entidad vaporosa, un flatus vocis que engloba vaya a saber qué o quién. Veamos, si hay al menos un sujeto de ese pueblo que no comparte la naturaleza de la protesta convocada, en este caso de nuevo yo, la apelación "pueblo" como un todo homogéneo que comparte la necesidad del cacerolazo se desmorona porque hay al menos un integrante del universo invocado que no está de acuerdo con la protesta. Consigna refutada entonces.
Lo que pretende hacer el Todismo, expresado tan bien en estas dos frases, es sustituir a quien dice representar con sus consignas. Sustituirlo y convertir el silencio del ausente en anuencia. Una anuencia que luego es invocada como fuente de legitimidad. No cuenta la diversidad, ni el diàlogo, ni el consenso o el disenso. La proclamada apelación al intercambio de opiniones queda anulada por el tenor de las frases, que son profundamente violentas en tanto pretenden forzar un acuerdo en donde no lo hay ni lo habrá.
El todismo peina largas canas blancas. Un tipo como Ortega y Gasset se atrevió a decir (y muchos lo repiten como letanía y certifican su aceptación moviendo la cabeza) "Argentinos a las cosas". Una expresión todista en toda la línea. Obsérvese la pretensión del español: enrolar a todos los argentinos en la categoría de gente que habla y no hace nada, dejando pasar las oportunidades. Siguiendo esa línea de pensamiento, deberíamos concluir que Argentina fue construida por sujetos distintos a los habitantes del país, en tanto éstos se encontraban discutiendo y no haciendo nada.
La trampa consiste en transformar la parte en el todo. Quizás Ortega y Gasset estaban pensando en una porción de los argentinos, pero al expresar su dudosa afirmación generalizó características particulares. Si si, lo que Uds. piensan es correcto: ese es el dispositivo que utiliza el racismo. En el mejor de los casos es un estereotipo de sentido común que quizás nombre a una porción del universo aludido pero que no lo define como pretende Ortega y Gasset.
"Argentinos a las cosas" más que una frase admonitoria es una descalificación con sabor a superioridad poco disimulada.
Superioridad que es la piedra de toque del Todismo.
Poemas con excusa: décimas mortuorias
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Aprovechando que la muerte de los espacios virtuales es reversible,
revivimos este blog para una nueva edición de los Poemas con excu...